"La palabra es una herramienta poderosa y es vital manejarla de forma adecuada"

Desde que consiguiera el premio Planeta en 1999 con Melocotones helados -fue la autora más joven en lograrlo-, la carrera de la escritora bilbaína Espido Freire ha ido ascendiendo como la espuma y ganándose a los lectores con títulos como Nos espera la noche, Soria Moria (premio Ateneo de Sevilla), Cuentos malvados o El trabajo os hará libres, entre otros. Su última obra es La flor del norte, una novela histórica que relata la vida de Kristina Haakonardóttir, la joven princesa de Noruega convertida a la fuerza en infanta de Castilla al desposarse con don Felipe, hermano de Alfonso X el Sabio. Esta tarde a las 20:00 presentará esta novela en la Feria del Libro.

-Con La flor del norte debuta en la novela histórica. ¿Por qué ha querido introducirse en este género? ¿Cómo surgió esta obra?

-Porque el personaje vivía en esa época... De otra manera, nunca me hubiera iniciado en ello. Pero me crucé con Kristina, y nada me dio pereza, ni siquiera la labor de documentación necesaria para escribir una novela histórica.

-¿Cómo es la preparación de una novela de este género?

-Mucho más exhaustiva que una general. No basta con el personaje y su psicología y la trama. Todo, desde la ambientación a sus palabras o el modo de sentir, está tamizado por una época que no se conoce y de la que queda poca huella en nosotros. Ni nuestra mentalidad ni nuestras costumbres tienen nada que ver.

-¿Cómo es el personaje de Kristina Haakonardóttir, la protagonista del libro? ¿Por qué ha elegido a esta princesa?

-Es una mujer joven muy enferma, que nunca ha tenido voz para contar su historia y que, a las puertas de la muerte, decide enfrentarse a sí misma y contarse de nuevo la historia de su vida. Está llena de contradicciones y se ha mentido constantemente. Ahora es tiempo de que se diga a sí misma la verdad.

-¿Se ha encontrado con dificultades a la hora de enfrentarse a un texto histórico?

-No más que con otro texto. Al fin y al cabo, es el autor el que dicta las normas en un texto.

-¿Repetirá con este género?

-No lo sé... pero de momento, no, no lo creo.

-En sus obras tienen un gran protagonismo las mujeres, como también ocurre con esta reciente La flor del norte. ¿Por qué le gusta centrarse en la figura femenina? ¿Qué le aporta a su narrativa?

-Bueno, soy mujer y me resulta natural narrar desde una voz femenina. Además, me interesan los secretos, los dobles significados, los matices, y creo que los personajes femeninos son más ricos en ellos. Pero ya veremos en la siguiente novela...

-¿Teme que por ello la encasillen como autora de literatura para mujeres?

-La literatura no se hace. Se escribe, y luego encuentra sus lectores. A veces son hombres, a veces mujeres, a veces están en otros países...

-Uno de sus deseos era crear una escuela de escritores, un proyecto que puso en marcha hace unos años. ¿Se puede aprender a escribir a través de clases o es algo que el autor lleva innato?

-En realidad, lo que hice fue fundar mi propia empresa, E+F, de la que la escuela no es más que una parte. Las otras partes se dedican a crear conceptos culturales, en marketing y publicidad y en gestionar mi propia obra. Por supuesto que se puede enseñar a escribir. Nadie nace con una pluma en la mano. Incluso personas con facilidad para contar historias necesitan elaborar una trama para luego escribir. Además, no sólo impartimos cursos para escritores: también hay cursos de oratoria, de expresión no verbal, de comunicación... La palabra escrita y hablada es una herramienta muy poderosa y es vital manejarla de forma adecuada.

-¿Cómo es su proceso creativo?

-Un estímulo (algo que me llame la atención... algunos lo llaman inspiración). Mucha comedura de cabeza (pero mucha). Muchos esquemas (pero muchos). Dudas, indecisiones... Y luego, lo sencillo: sentarse, escribir, tachar, romper.

-¿Tiene ya pensado un nuevo proyecto?

-No. Este verano dedicaré tiempo a pensarlo. De todas maneras, hoy mismo -por ayer- se presenta mi última locura, tres microcuentos editados en forma de camiseta con Kukuxumusu. Me gusta muchísimo contar historias en formatos distintos, y continuaré con ello, sin duda.