La versión ochentera del 'Anfitrión' de Plauto aterriza en la Axerquía
El teatro al aire libre acoge esta noche una moderna adaptación de la comedia clásica · Natalia Millán y Roberto Álvarez encabezan el reparto de la obra, bajo la dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente
La obra clásica de Plauto Anfitrión llega esta noche (22:00) al Teatro de la Axerquía tras cosechar el éxito en la última edición del Festival de Teatro Clásico de Mérida. Bajo la dirección de Juan Carlos Pérez de la Fuente, y con un elenco encabezado por Natalia Millán y Roberto Álvarez, esta versión moderna de la comedia incluye entre su decorado materiales reciclados y propone una estética pop que recuerda a la movida madrileña de los años 80, una época "descarada y divertida donde se fundaron los pilares de la libertad en España", explica Pérez de la Fuente.
Los motivos y guiños que desataban las carcajadas entre los contemporáneos de Plauto siguen teniendo efectividad más de 2.000 años después. Por si acaso no fuera así, el dramaturgo Eduardo Galán se ha encargado de actualizar el clásico Anfitrión para adaptarlo al teatro del siglo XXI con un texto renovado que posteriormente ha caído en las manos del director Pérez de la Fuente para su acercamiento definitivo al público. El eje vertebrador de esta obra son los celos, el engaño, el enredo amoroso, situaciones muy humanas que nunca quedan desfasadas. Además, según comenta Pérez de la Fuente, en cierto modo tampoco somos tan diferentes a los romanos del siglo I antes de Cristo: "Cuando se estrenó por primera vez esta obra, hace 22 siglos, se vivía un momento crítico parecido al actual: Roma sufría una profunda crisis y entraba en decadencia", explica el director. "Esta tragicomedia vino a reírse de ello. Ahora los dioses no están en los altares, sino en el Congreso, y tras 35 años de democracia podemos reírnos de sus fechorías", apunta el director, que propone grandes dosis de risa como antídoto para el malestar general producido por la crisis. Anfitrión esconde además una crítica a los excesos de los poderosos, encarnados en la figura de los dioses.
Plauto habló en esta comedia del conflicto de la identidad a través de la historia de Anfitrión. El protagonista es un laureado general de Tebas que pasa de héroe a hazmerreír de su región cuando el libidinoso dios Júpiter, encaprichado de su mujer Alcmena, se disfraza de él para acercarse a ella. Cuando el general romano regresa por fin victorioso a su hogar después de una larga guerra descubre que un clon de sí mismo ha estado en su casa y que su mujer le ha engañado con él. De esta manera arranca una divertida comedia en la que el equívoco, la confusión y el caos se convierten en protagonistas. Anfitrión no se imagina que son los dioses quienes le están jugando esta mala pasada, y se siente humillado porque su mujer le ha convertido en un cornudo a los ojos de todo el pueblo de Tebas.
La actriz Natalia Millán es la encargada de dar vida a Alcmena en esta versión de la obra. Su personaje adquiere una relevancia mayor de la que en su día le diera Plauto: en este texto Alcmena se erige como centro de la historia, lo que da a Millán la oportunidad de realizar, en palabras de Pérez de la Fuente, "una de las actuaciones más brillantes de su carrera".
Por su parte, Roberto Álvarez encarna a un Anfitrión "más complejo" que el original, como explica su director. El actor asegura que meterse en la piel de Anfitrión no le resulta difícil, pues la obra está perfectamente coordinada y los intérpretes, una vez que están dentro de ese "juguete cómico", solo tienen que dejarse llevar para que todo salga bien. Además, en la obra participan Jorge Roelas, en el papel del dios Mercurio y el guerrero Blefarón; Juanjo Cucalón, como el sirviente Sosia; María Felices, que interpreta a la criada Bromia; y Patxi Freytez, que representa al dios Júpiter.
El vestuario que se emplea en la puesta en escena de esta versión de Anfitrión supone una mezcla ecléctica de distintos elementos que recuerdan a la década de los 80, los tiempos de la movida madrileña, de la España que acababa de salir de una larga dictadura, "una época en la que teníamos ganas de cambiar, de exhibirnos, de reír", explica Pérez de la Fuente. Por su parte, en la escenografía sobre la que se desarrolla la acción cobran protagonismo elementos de reciclaje y materiales de PVC. Esta noche se trasladará al escenario del Teatro de la Axerquía la estética kitsch de este renovado Anfitrión, que promete grandes dosis de risas.
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