Un mundo en transformación

Jesús Sánchez Adalid presenta en Córdoba su nueva novela, 'Los milagros del vino', en la que relata la historia de un sacerdote griego que pierde la fe en los dioses

Sánchez Adalid, a la derecha de la imagen, en la presentación de la obra.
Sánchez Adalid, a la derecha de la imagen, en la presentación de la obra.
El Día / Córdoba

04 de junio 2010 - 05:00

Hace dos semanas, Jesús Sánchez Adalid presentó en Corinto su nueva novela, Los milagros del vino (Planeta). La ciudad griega es uno de los principales escenarios de la obra, ambientada en el siglo I d. C. y protagonizada por un sacerdote griego, Podalirio, que ha perdido la fe en los dioses y ya no encuentra sentido a los antiguos mitos. El escritor extremeño inició entonces una gira para dar a conocer su obra que ayer recaló en Córdoba, escenario del libro que le dio a conocer, El mozárabe.

El Real Círculo de la Amistad fue el marco en el que Sánchez Adalid explicó las claves de una obra que refleja la transformación del pensamiento occidental acontecida en el siglo I a través de la historia de Podalirio, incapaz de llenar su vacío hasta que un día escucha un relato que cambia su vida para siempre.

El reto del novelista era ambicioso: narrar el paso del mundo grecolatino al cristiano. Los milagros del vino plantea un doble viaje, uno físico y otro interior, hacia la búsqueda del sentido de la vida. "Donde hay religión siempre surgen al lado elementos que no tienen nada que ver, que le roban libertad y verdad, algo que es inevitable", señala el escritor, que no obstante no ha querido hacer un libro religioso o teológico sino una novela "divertida" que sumerge al lector en aquella Grecia decadente y explica diversas tradiciones humanas, gastronómicas y mitológicas que tienen su origen en ese mundo.

Podalirio halla un nuevo horizonte al escuchar a Saoul y Lucius (San Pablo y San Lucas), mensajeros del llamado Christos, que anuncian promesas de milagros, curación y liberación. Podalirio no quiere volver a creer, pero necesita ver y preguntar. Con ese afán inicia el viaje hacia Galilea, donde sigue el itinerario de Jesús. Allí encuentra respuestas y el lector penetra en la morada de los dioses temibles a los que los griegos, los romanos e incluso los egipcios debían rendir culto para no ser castigados. Y también conoce el mito de lo que la cultura helenística llamó "el dios desconocido".

Un elemento importante a lo largo de la novela es el vino, utilizado por el novelista como metáfora para hablar de vida y fe, así como de sabiduría y pasión. "Los latinos necesitamos estar sentados en una taberna delante de una copa de vino para entendernos y conversar", considera el escritor, autor también de El alma de la ciudad y El cautivo, entre otras novelas.

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