Un mundo mestizo

Baltasar Jaime Martínez Compañón y Bujanda nació en Cabredo (Navarra) el día de Reyes de 1737. Ordenado sacerdote con 24 años, pasó casi toda su carrera eclesiástica en las Indias, después de que en 1768 fuera nombrado chantre de la Catedral de Lima. El auténtico alcance de su talento musical nos es desconocido, pero su actividad fue la típica de un clérigo ilustrado de la época. Desde 1780, cuando se convirtió en obispo de Trujillo, y especialmente en la visita pastoral a su sede, que realizó entre 1782 y 1785, se preocupó por anotar e ilustrar todos los aspectos de la vida cotidiana que pudieran resultar de interés. Su objetivo último era escribir una Historia General del Perú, que quedó inacabada cuando fue nombrado arzobispo de Santa Fe de Bogotá en 1789, puesto que ocupó dos años más tarde, seis antes de su fallecimiento. Coincidiendo con el final de su tarea en la sede trujillana, el clérigo envió a la corte española más de 400 ilustraciones y partituras de veinte piezas musicales que formaban parte de un compendio conocido hoy como Códice Trujillo o Códex Martínez Compañón.

La importancia de este documento desde el punto de vista musical reside en la presentación de una serie de piezas de tradición oral tal y como fueron escuchadas por el transmisor, es decir, se trata de un auténtico ejercicio de etnomusicología (sin grabadora), que conecta con las prácticas estrictas de ejecución de una música popular sometida a todas las tensiones y superposiciones culturales que conformaban la realidad del virreinato del Perú a finales del siglo XVIII. Del Códice Trujillo existen ya grabaciones, alguna incluso exclusiva (como la de la Capilla de Indias dirigida por Tiziana Palmiero), y ahora conforma el núcleo en torno al cual Música Prima presenta su primer disco.

El conjunto, liderado por el multiinstrumentista y cantante colombiano Francisco Orozco e integrado en la factoría sevillana Zanfoñamovil, lleva años de actividad concertística, buena parte de la cual ha recaído en torno a estos mundos mestizos que aquí se recrean, pues, junto a seis piezas del Códice Trujillo, Orozco ha reunido un canto de los guahibos colombianos, un par de piezas marianas en lenguas indígenas, las famosas guarachas del mexicano García de Zéspedes y otros villancicos conservados en catedrales americanas, una contradanza de la época de Bolívar y la no menos famosa chacona (A la vida bona) editada por Juan Arañés y recogida en la catedral de Oaxaca, donde se desvela el origen americano de esta danza, que "de las Indias a Sevilla/ ha venido por la posta". En formación de quinteto (Francisco Orozco, José Manuel Vaquero, Johanna Rose, Vicente Parrilla y Álvaro Garrido), Música Prima luce su tradicional riqueza en el color y mezcla ritmos y varía melodías con originalidad, arropando a un Orozco cuyo singular estilo como cantante desliza todo el repertorio hacia el ámbito de lo popular.

Música Prima Lindoro (Diverdi)