Una muestra revisa la trayectoria de Picasso a través de 45 grabados
Bancaja presenta en el Palacio de la Merced la exposición 'Caja de remordimientos', que ha sido definida como un "diario íntimo" del artista, ya que refleja las diversas etapas de su vida y su aventura creativa
Minotauros, mujeres, bañistas, escenas maternales, violaciones... Obsesiones y remordimientos de un artista que, según el escritor Andrés Trapiello, "mantuvo a la vez, en muy diferentes frentes, no sólo una multitud de guerras distintas, sino, dentro de cada una de esas guerras, una infinidad de batallas particulares". Todo ello aparece en Caja de remordimientos, una serie de 45 grabados (también tiene algo de "homenaje cargado de pasión a varias de sus mujeres", según el crítico Kosme de Barañano"), aguafuertes, puntas secas y barnices blandos que Picasso fue realizando a lo largo de su vida de modo intermitente y que forma parte de la colección de obra gráfica picassiana de Bancaja. Un recorrido por las diversas etapas creativas del malagueño que ahora llega, en forma de exposición organizada por la Fundación Provincial de Artes Plásticas Rafael Botí, a la Diputación de Córdoba.
En este "diario íntimo", según fuentes de Bancaja, "el hilo común que une todas las estampas no es más que la mano creadora de Picasso y su capricho". La obra gráfica del artista abarca más de 2.000 estampas. De las series que realizó se conservan muy pocas completas, ya que la mayoría fueron vendidas en láminas sueltas. Bancaja posee siete colecciones íntegras.
La historia de Caja de remordimientos es curiosa. El comisario de la exposición, Juan Carrete, explica que esta colección debe su nombre a que los 45 grabados proceden de 101 planchas que Picasso fue guardando en una caja a lo largo de su vida, y que descartó porque tenían algún fallo en su confección técnica. La caja quedó apartada en la casa del pintor en Cannes hasta 1961, cuando, con motivo de su traslado a Mogins junto a Jacqueline Roque, salvó 45 y pidió que se estamparan 50 copias de cada una, que no fueron firmadas.
"La caja -señala De Barañano- es abandonada por Picasso en una esquina del taller. Dice que firmará la edición cuando tenga tiempo. Esta caja no se abrirá hasta la muerte del artista".
De las obras incluidas en la colección destaca La plante des Femmes, en la que aparecen enlazadas cabezas del estilo de las de Marie Thérèse o las mujeres del Guernica.
"Es cierto -apunta Trapiello en un texto incluido en el catálogo de la exposición- que en el caso de las estampas de Picasso nos encontramos con algo que raramente hallaremos en otros grabadores. Picasso grabó miles de planchas, litografías, linóleos y serigrafías. Pero no nos hemos referido todavía a su no menos portentosa facultad de hacer de la necesidad virtud. Sus arrepentimientos, en él, parecen, al contrario, certezas incontestables".
Caja de remordimientos recoge toda la simbología, los temas, la iconografía picassianos, impresos en papeles muy diversos. La primera estampa de la Caja es Retrato de la señora Picasso I (1919/20), en punta seca de cinc, que deja de lado el cubismo de grabados anteriores, apreciable en La guitarra sobre la mesa (aguafuerte y punta seca sobre plancha). La serie también incluye retratos de Max Jacob (punta seca sobre cobre) y Pierre Reverdy (aguafuerte sobre cinc). De los años 20 son, entre otros, La pareja de enamorados (punta seca sobre plancha de cinc) y La pareja en la hierba (ídem), y de los 30, Figuras surrealista al borde del mar (barniz blando sobre plancha de cobre), Cabeza de mujer girada hacia la derecha (ídem), El lamento de las mujeres (monotipo sobre plancha de cobre) y Dos mujeres sentadas (aguafuerte sobre plancha de cobre). De 1939 se salta a los años 50, con obras como El rapto o Bacanal con flautista (aguafuertes sobre plancha de cobre).
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