Me llaman el loco

Un libro monográfico, acompañado de un CD con siete inéditos, desmenuza la vida y la obra de El Borrico de Jerez

23 de marzo 2011 - 05:00

Lo mismo le llamaban el Loco que Borrico. Todo porque dio en querer dedicarse al cante. Y así lo hizo. Todo por la tozudez. La tozudez en querer contrariar el destino y la opinión familiar, que lo destinaba a gañán. Gregorio Fernández vio en el cante su vida y su modo de vida, cuando entendió que podía ganar más dinero con su voz que con las manos. Así se enfrentó a su destino de jornalero para ser cantaor. Así fue conocido como el Borrico de Jerez.

José María Castaño recorre los senderos de su vida en dos partes. Por un lado tenemos una sucinta biografía, en la que se da cuenta de su vida exterior, sus peripecias por este planeta, que va del nacimiento del cantaor a la muerte acontecida en diciembre de 1983, pasando por sus inicios en el cante, su debut ante el gran público en la Caracolá, festival del que fue asiduo participante, su inclusión en la mítica grabación Canta Jerez (1967), y otros hitos.

La segunda parte es un "relato quiñonesco" según afirma su autor en el que, a la forma de El testigo de Fernando Quiñones, Castaño echa mano de un personaje de ficción, compadre de Gregorio, para repasar anécdotas, reflexiones, inquietudes, para ponerse en fin en la piel del cantaor. El acierto mayor de este cuento es el olor a solera que desprenden sus muros, el ambiente de gañanía, de tabanco, el olor nocturno de los festivales andaluces y las peñas. La intrahistoria de ese Jerez mítico y mágico que dio tanto al arte y por el arte flamenco a lo largo y ancho del pasado siglo.

El análisis discográfico corre a cargo de Alfredo Benítez. Un estudio riguroso en que se analiza cada cante, cada giro, cada uno de los registros del Tío Borrico, tanto los oficiales como las grabaciones en directo que siguen viendo la luz, cada vez en mayor número, en los últimos años. Entre los primeros tenemos obras maestras como la citada Canta Jerez o el monográfico de nuestro cantaor que firma con Paco Cepero a la guitarra publicado a finales de los años 60. Así, la portentosa Eché leña en tu corral que estimo como la cumbre cantaora de este intérprete. O el martinete, también autobiográfico, A mí me llaman el loco. Estas grabaciones y las que realizó en los 70 y 80, así como las hizo para la serie de televisión Rito y geografía del cante, le llegaron al Borrico cuando era Tío Borrico, esto es, cuando rondaba los 60 años. En ellas podemos apreciar el timbre denso, pura tierra, del intérprete, la fuerza, la entrega y esa visceralidad radical que es su mayor virtud artística. También su capacidad, como señala Benítez, para cruzar los estilos con arte, esto es, para adaptar las diferentes fórmulas tradicionales a sus condiciones vocales y emocionales, mezclando si resulta necesario melodías de diferentes autores (en la soleá, por ejemplo, mezclaba habitualmente los estilos de La Serneta y Frijones) que en su voz encuentran equilibrio y un sello único. El libro incluye un CD con siete inéditos con las guitarras de Pedro Bacán o Pedro Peña y Parrilla de Jerez, procedentes del archivo de Ricardo Pachón. Los cuatro primeros cortes, grabados en una fiesta en Morón, poseen una calidad técnica inferior, y sobre ellos no se ponen de acuerdo los autores de este libro con Pachón, que afirma que la guitarra es de Pedro Bacán, mientras que Benítez dice que se trata más bien de Pedro Peña.

stats