El cine latinoamericano se luce en la 72 edición del Festival de Venecia
'Desde allá' y 'El clan' son las dos producciones iberoamericanas que optan a conseguir el León de Oro de la Mostra
Con Desde allá, del venezolano Lorenzo Vigas, y La calle de la amargura, del mexicano Arturo Ripstein, se cerró ayer la participación de películas latinoamericanas en la 72 edición del Festival de Venecia, con acogida más que favorable a las diferentes propuestas. Tanto las dos cintas en la competición oficial -Desde allá y El clan, del argentino Pablo Trapero- como los otros seis largometrajes y tres cortometrajes procedentes de América Latina fueron aplaudidas en su presentación en la Mostra.
Un resultado que se esperaba desde que a finales de junio el director del festival, Alberto Barbera, dijera durante la presentación de la programación que "el cine latinoamericano es el más novedoso e interesante hoy en día de todo el planeta". Algo que se ha demostrado con la variedad de propuestas llegadas este año desde Latinoamérica.
En la sección oficial, Desde allá, una producción de Venezuela y México, propuso una visión compleja de las relaciones humanas en una Caracas convulsa, en un momento muy tenso, tanto social como político, que se ve reflejado en una historia con un gran Alfredo Castro al frente del reparto.
Mientras que la hispano argentina El clan trasladó a los espectadores a la Argentina de finales de la dictadura e inicios de la democracia con una historia que presenta unos hechos delictivos reales protagonizados por una familia, una película que se ha convertido en un fenómeno en su país de origen.
Dos películas entre las 21 que participan en la competición y que se disputarán, entre otros premios, un León de Oro que se entregará el sábado por la noche cuando el jurado, presidido por el mexicano Alfonso Cuarón, anuncie su decisión durante la entrega de premios. Fuera de concurso, uno de los grandes nombres del cine en español, el mexicano Arturo Ripstein, que presentó uno de sus mejores trabajos de los últimos años, La calle de la amargura y recibió un premio por sus 50 años de carrera y de innovación.
En la segunda sección en importancia del festival, Brasil fue el país dominante entre los latinos, con dos largometrajes, el potente Boi Neon, de Gabriel Mascaro, sobre los cambios en la vida rural en el noreste del país, y las fresca Mate-me por favor, la ópera prima de Anita Rocha Da Silveira. Junto a ellos, el nuevo trabajo del mexicano Rodrigo Plá, Un monstruo de mil cabezas, un tenso thriller sobre la desesperación y los abusos de las grandes compañías. Tres cintas muy diferentes y muy bien recibidas en la sección.
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