La juventud flamenca evoca a Córdoba
Crítica de Flamenco sica
ARENAS NOBLES
Idea, dirección, coreografía, recitado y baile: Fernando Solano. Baile: Fuensanta Blanco. Cante: Rocío de Dios. Guitarra: José L. Antolí. Violín: Eles Bellido. Piano: J. J. Villena. Invitado: Álvaro Vizcaíno. Colaboración: Ana Espino y Alumnos del Conservatorio de Danza Luis del Río. Fecha: vienes 14 de octubre. Lugar: Teatro Góngora. Casi lleno.
Un espectáculo de danza y baile de amplio y ecléptico espectro fue el del pasado viernes en el Teatro Góngora, con Arenas Nobles, gongorina evocación poética junto a la de otros vates populares que cantaron al lugar, en el que el flamenco tuvo significada presencia, dando juego para intentar reflejar el tributo de su director a la importante, para él, proyección de Córdoba. La soleá de estos pagos supo a cante grande, como debía ser. Así, los fandangos lucentinos de Dolores y el zángano de la Puente, las cantíñas y peteneras cordobesas, las distintas bulerías, así como las del fin de fiesta con todos en el escenario. La copla, a cargo del invitado, y la declamación ocuparon su espacio por parte del director, entre baile y baile del propio. Vibrantes danzas de escuela bolera, rebosantes de barroquismo y colorido, tan influenciada por el flamenco, que al respetable engancharon. Así las de origen folclórico con ser más populares.
Se trata de un montaje original que intenta identificar no solo a la capital, sino también a la provincia. Bien a la escenografía y luz, con ciertos lapsos que el sonido también acusó. Si bien, es verdad, sus protagonistas en el escenario dieron el tipo; a pesar de su juventud, dieron inequívocas muestras de conocimiento y talento para no defraudar al público que aclamaba en el foro. Apreciamos la conjunción musical de instrumentos y desde luego el toque de Antolí, aseado y pulcro con su guitarra, desgranando notas con exquisito punteo, acordes y variadas falsetas a base de excelente técnica y, desde luego, poder de transmisión que la asistencia aplaudió sin recato.
En esa línea hay que mencionar a la cantaora Rocío de Dios por su buena vocalización y afinación, y casi consiguiendo adecuada exposición con anchos conocimientos. El conjunto de la coreografía alcanzó pasajes de bella estética, y algunos de sus componentes relevante oficio. Flamenca imagen y capacidad de expresión con bata de cola incluida la de Fuensanta Blanco, que tanto en sus apariciones individuales como en pareja respondió al rango de figura del espectáculo bailable que se acometió. Fina y expresiva mostrando dinamismo, gustándose en braceos, metiendo los pies en zapateados, punta y tacón, así como algunos desplantes bien ajustados.
Arenas Nobles es un espectáculo interesante que, seguro, se acrecentará con más rodaje para propagar la valorable aportación musical de Córdoba. Muestra de ello es el baile y danza del brillante Fernando Solano, su director, al que hay que considerar cabeza de cualquier relevante cartel; reconocimiento que la concurrencia expresó. Él, joven todavía, cuya inquietud le aprovecha no gratuitamente, sin duda fruto del amplio y reluctante bagaje profesional conseguido a través de una amplia experiencia en foros de todo el orbe y, en esta nueva ocasión, en su tierra, donde es justamente admirado.
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