Cultura

"Para los jóvenes, 'Azabache' es un documento fundamental, una escuela"

  • La artista regresa a Córdoba como integrante de un espectáculo en el que comparte protagonismo con Diana Navarro, Pastora Soler y Manuel Lombo: cuatro estilos muy distintos

El Teatro de la Axerquía recibe esta noche (23:00) a cuatro voces de la nueva copla, agrupadas en el espectáculo Azabache. Diana Navarro, Pastora Soler y Manuel Lombo acompañan a Pasión Vega (Madrid, 1976), que interpretará algunas de las piezas clásicas que ha conseguido renovar con su voz y esa mezcla tan propia de frescura y sensualidad.

-¿Qué ha supuesto para usted su participación en este espectáculo?

-Ha supuesto mucho, un proyecto que está aportando grandes cosas a mi carrera. Y una gran responsabilidad. Es una suerte, un lujo, compartir escenarios con mis compañeras y con Manuel, aprender cada día de ellos, compartir inquietudes musicales, risas, nervios...

-¿Cómo fue el proceso de preparación del espectáculo y de elección del repertorio?

-El repertorio del Azabache original se ha respetado prácticamente completo. Hemos trabajado la parte musical con José Miguel Évora, que es un genio y ha hecho unos arreglos muy adaptados a cada uno de nosotros, pensando también en la orquesta, con un concepto muy cinematográfico y dándole mucha importancia a la imagen. Son arreglos muy sutiles, nada evidentes, respetuosos con estos grandes clásicos pero que al mismo tiempo ofrecen un componente de modernidad. Cada intérprete aporta su manera de sentir, de exponer en escena, de contar. Ha quedado un espectáculo muy ameno, tanto para el público como para nosotros. Aportamos lo mejor que tenemos. Son cuatro estilos muy distintos y cada uno da lo mejor que puede aportar a las canciones. Y hay una parte más arriesgada porque nos hemos atrevido con coplas que no son tan evidentes, que son nuevas para nuestras voces. Yo, por ejemplo, canto Francisco Alegre, que ha sido un descubrimiento para mí.

-¿Qué supuso el espectáculo de 1992 para el resurgir de la copla?

-Supuso un espaldarazo que le devolvió a la copla el sitio y la elegancia que había podido perder. Fue un gran montaje en todos los conceptos: iluminación, dirección escénica, arreglos y por supuesto las voces de esas grandes damas de la copla, con su elegancia y su saber estar. Se recuperó la imagen que la copla había tenido y para los jóvenes es un documento fundamental. Yo lo he visto muchas veces, grabado, no lo vi en directo en su día. Es una escuela, una auténtica master-class.

-¿Cómo está siendo la respuesta del público?

-Maravillosa. Estupenda. El espectáculo se pensó para un solo día en Sevilla y llevamos más de un año. Ha sido una sorpresa y un trabajo recompensado. Hicimos la gira de verano, luego la de invierno por teatros y ahora la continuamos con una acogida fantástica. Nos sentimos muy afortunados porque este es un montaje arriesgado para los tiempos que corren, costoso. Ha sido una apuesta personal de Rafael Casillas que ha salido bien.

-Y está acudiendo mucha gente joven, un dato a favor de la inmortalidad de la copla...

-Pues sí, una agradable sorpresa. Por supuesto, hay mucho público maduro que disfruta de un repertorio que conoce. Yo soy una gran defensora de este público que es fiel y cariñoso y que además entiende. A mí me dicen a veces que mi público está formado en su mayoría por gente mayor y lo acepto encantada. Pero el rescate de la gente más joven es muy interesante. Estamos viendo que en las butacas se da una mezcla de tres generaciones. Se ha conseguido el objetivo de interesar a los jóvenes y adaptar el espectáculo a un concepto más moderno.

-¿Tienen muy presentes a las intérpretes del Azabache original o prefieren no pensar mucho en ellas para hacer algo más personal?

-Siempre se tienen presentes. Nosotros conocíamos de antemano el repertorio cantado por sus intérpretes originales y eso siempre pesa. Pero, claro, es como preguntarle a Rocío Jurado si cuando cantaba tenía presentes a Concha Piquer o Miguel de Molina. Claro que sí, pero ella imprimía a todo lo que hacía su propia personalidad. Conocer el pasado no impide aportar cosas propias; todo lo contrario, conocerlo es fundamental para proponer algo nuevo. Yo sigo nutriéndome de las grandes damas de la copla.

-¿Qué proyectos tiene más allá de Azabache?

-Este verano tengo los últimos conciertos de la gira Sin compasión, en Tenerife y algunas fechas por el norte. Y estoy con los ensayos de un nuevo espectáculo que estrenaremos, cruzo los dedos, el 28 de septiembre en el Teatro de la Maestranza [de Sevilla]. Se llama Dos pianos con Pasión y es un espectáculo muy puro en el que interpreto clásicos populares con dos pianistas malagueños.

-¿Lo veremos en Córdoba?

-Seguro que sí. Nunca hemos faltado a la cita con Córdoba. Queremos estar en todos los teatros del país y por supuesto en Córdoba, una ciudad a la que quiero con locura, una de las primeras ciudades que me dieron oportunidades cuando empezaba mi carrera. Tengo muchos amigos allí y adoro al público cordobés.

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