Cultura

"Me interesa contar la soledad del hombre actual que vive conectado a internet"

  • El autor villaduqueño publica 'Los ojos de Natalie Wood', una novela influenciada por los escritores románticos del siglo XIX y por la obra de Stephen King y en la que homenajea a las divas de los años 60

El escritor Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1957) regresa a la novela con Los ojos de Natalie Wood, una obra publicada por la editorial El Páramo y con la que confiesa ir "a contracorriente" de las tendencias actuales. La literatura romántica del siglo XIX, en especial Bécquer y Allan Poe, y la obra de Stephen King han servido de influencia para López Andrada, que una vez más sitúa al mundo rural como escenario principal de la acción.

-¿Qué cuenta en 'Los ojos de Natalie Wood'?

-Es una novela romántica que narra una historia de amor con un personaje que persigue su identidad. Es un joven que ha perdido su pasado por un accidente pero recuerda su futuro. Además aparecen personajes estrambóticos. Es una novela que tiene mucho que ver con las Leyendas de Bécquer, con Edgar Allan Poe y ese tipo de literatura romántica.

-¿Cómo surge esta obra?

-A través de una imagen que vi cuando era niño precisamente de Natalie Wood. Me deslumbraron sus ojos. A partir de esa imagen y de la de un pueblo fantasma, Minas de Diógenes, se construye la novela. Es un libro que no tiene nada de autobiográfico pero el paisaje sí es real, del sur de Ciudad Real y del norte de Córdoba.

-¿Por qué se ha fijado en Natalie Wood?

-Hago un homenaje a las grandes divas de los 60 como Natalie Wood o Claudia Cardinale. Por eso la novela es una historia romántica de un amor idealista y en ella recuerdo aquellas películas de los 60, cuando yo era un niño, que veía en el cine de mi pueblo. Hay dos símbolos en esta obra, uno es Minas de Diógenes, que existió en la realidad junto a Puertollano, y el otro son los ojos de Natalie Wood. Son dos hilos que van hilvanando todo el argumento. También hablo sobre la soledad del hombre ya que el protagonista es una persona atada a internet y que se encuentra con la página web de Minas de Diógenes, que existe en la realidad. A partir de ahí se va formando el argumento.

-¿Qué influencias ha tenido?

-La obra tiene mucho que ver con novelas de Stephen King como El resplandor o La milla verde, con lo paranormal, lo romántico, lo fantástico... Aquí se mezcla todo. Tiene que ver con la obra de Stephen King pero por otra parte es mucho más literaria, con un estilo más elaborado. Es una novela que va a contracorriente, en contra de las novelas históricas y de la novela negra porque es un homenaje a los escritores románticos del siglo XIX, novelas que ahora no se estilan y que nadie escribe ya. En ese sentido estoy muy satisfecho porque ha quedado una novela totalmente original, genuina y auténtica, no tiene nada que ver con las modas, les da la espalda. He metido en una coctelera la novela romántica del XIX, con Bécquer y Allan Poe, y la obra de Stephen King y ha salido una historia de amor, de intriga y de misterio pero plenamente romántica. Aparecen cementerios, ruinas, hay personajes grotescos...

-Recurre a un ambiente de misterio y a la memoria. ¿Qué le aportan estos elementos al planteamiento del libro?

-Son el armazón que sostienen el argumento. Es una novela de la soledad del hombre atado a internet. A través de las fotografías de la web de Minas de Diógenes el protagonista quiere revivir su pasado porque desde que tuvo un accidente en un pantano en la adolescencia no recuerda el pasado sino el futuro. La web existe y los que fueron sus habitantes están reconstruyendo el pueblo a través de imágenes. Esa idea me ayudó mucho. Por otra parte aparece la soledad de un hombre que vive en una ermita como un santero y su unión al mundo es a través de internet. Me interesa contar la soledad del hombre moderno, que vive conectado al mundo ficticio de internet. He conseguido unir muchos elementos que dan solidez argumental y narrativa al libro.

-Una vez más utiliza como escenario el mundo rural, ¿qué le aporta este ambiente?

-Yo no sé escribir de otro tema. Ahora curiosamente en Italia está triunfando una novela, Fantasmas de piedra, de un escritor llamado Mauro Corona, que dicen que es el Llamazares italiano. Yo estoy en esa línea, de Julio Llamazares y de Corona, de ese tipo de novelistas mediterráneos que indagan en la memoria de un mundo perdido que sigue estando ahí. Me interesa ese ambiente rural porque es el mundo eterno de la naturaleza y yo creo más en ese mundo muerto que sigue vivo en la memoria y que permanecerá siempre aunque parezca que estamos en otra edad, la de internet, pero todos tenemos esos orígenes rurales. De hecho ahora está volviendo todo el mundo al campo, a la naturaleza, con el turismo rural. Entonces es una paradoja que la gente no quiera decir que es de pueblo pero luego vuelve al pueblo. Yo reivindico el mundo rural, la naturaleza, el medio ambiente... Y esta novela transcurre en la soledad paisajística, la soledad del hombre en un paisaje natural. A mí el mundo rural me lo aporta todo, no me interesa escribir de Nueva York o de Dublín u otras ciudades. No me avergüenzo de decir que soy de pueblo y reivindico ese mundo.

-¿En qué está trabajando ahora?

-Después de esta novela, que me ha costado unos cinco años escribir, me he quedado muy agotado. Ahora estoy con un libro de poemas y también tengo un blog literario en el que voy escribiendo y reflexionando sobre la actualidad y el mundo que me rodea. Así entro en contacto con este mundo en el que me ha tocado vivir, entro en la mirada política, social, económica... Todo eso que a veces en una novela no puedes plantear de una forma tan directa. Después de esta novela me he quedado muy lleno. Al fin he conseguido escribir esa novela que siempre he buscado desde que era niño, por lo que es la que me ha dejado totalmente satisfecho.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios