"El flamenco vive su mejor momento a pesar de los augurios de los escépticos"

Arcángel (Huelva, 1977) regresa el sábado a La Noche Blanca del Flamenco con el estreno en España del espectáculo Estruna, en el que mezcla la música búlgara con la flamenca aportando también un toque jazzístico. La cita será a las 00:30 en el Compás de San Francisco y el cantaor estará acompañado por el Coro de Nuevas Voces Búlgaras Laletata, contrabajo, guitarras acústica y flamenca y percusión.

-¿Qué podrá ver el público que se acerque hasta el Compás de San Francisco?

-Un espectáculo en el que la mayor parte del tiempo interactúa el coro búlgaro con el resto de músicos. Normalmente en este tipo de espectáculos se hace una colaboración corta entre las dos música para justificar la mezcla, pero lo que yo intento es al contrario, que la mayor parte posible estemos todos sobre el escenario actuando y haya una pequeña parte en la que cada uno haga un tema de su disciplina.

-¿De dónde surge esta colaboración?

-Esto se inicia para recoger el testigo del maestro Enrique Morente, que fue el primero que se acercó a estas voces búlgaras e hizo una incursión con ellas. Siguiendo esa estela, aunque el espectáculo no tenga nada que ver, me interesé por ese tipo de canto. La idea surgió después de una actuación en Sofía (Bulgaria), en una charla con el promotor en la que le dije que me encantaría hacer algo con ese tipo de canto. Empezamos a trabajar y lo estrenamos allí.

-¿Qué similitudes hay entre la tradición musical búlgara, el flamenco y el jazz?

-Entre la búlgara y el flamenco hay una clarísima: es un arte basado en el predominio de la voz. Además ambas nacen de la expresión popular aunque con distintos matices porque ellos utilizan un lenguaje más clásico, en su forma de comunicar es una música más cercana a lo clásico, pero luego es un canto totalmente popular, canciones que sería bastante difícil que salieran de ese ámbito. Con respecto al jazz, las tres son músicas libres, buscan el diálogo con otras para enriquecerse, y aunque tengan unos cánones más o menos establecidos, dejan un espacio abierto a la improvisación y a que cada uno ponga sobre la mesa su impronta personal de todo un conocimiento previo de la materia.

-Esta es la segunda vez que participa en La Noche Blanca. ¿Qué recuerda de esa primera experiencia?

-Fue en el Patio de los Naranjos de la Mezquita y fue maravilloso y excepcional. Además, como espectador también he estado viendo espectáculos y me parece una forma muy adecuada de acercar el flamenco a la gente, sobre todo a la juventud. Es un formato que hace que la ciudad entera se vuelque en una cuestión cultural, en este caso ligada al flamenco y la música. Además, la ciudad acompaña porque la gente puede disfrutar de buena música y de enclaves excepcionales.

-¿Cómo afronta la actuación del sábado?

-Obviamente con respeto, nervios y responsabilidad, pero por otra parte ilusionado porque creo que es un espectáculo que puede encajar muy bien en España ya que atiende a disciplinas que tienen muchos seguidores. Con ese objetivo lo hemos hecho, otra cosa es lo que la realidad diga.

-¿Ha visitado el Compás de San Francisco?

-No lo conocía y hace un par de semanas estuve en Córdoba y me acerqué a verlo. Me pareció un espacio genial, adecuado a lo que vamos a hacer porque era importante que fuera un lugar más recogido para que se pueda disfrutar de todos los matices.

-Usted que además de cantaor es estudioso, ¿en qué momento cree que se encuentra actualmente el flamenco?

-Sin duda en el mejor momento a pesar de los augurios de los escépticos. Sé que hay muchos que predecían al flamenco un futuro incierto, sobre todo por este tipo de espectáculos y por la nueva gente que ha aparecido, porque ven una afrenta contra las tradiciones. Pero yo creo que es todo lo contrario; nosotros nos atrevemos a hacer este tipo de cosas porque respetamos muchísimo y defendemos la tradición del flamenco y además somos conscientes de que los momentos son distintos y hay que llegar al público de otra manera. Obviando ese escepticismo que ha reinado en el flamenco en los últimos años, creo que está en su mejor momento, conquistando sitios que jamás hubieran sido posibles, estamos llegando a unos niveles de competencia con otras músicas que antes tampoco eran imaginables... Sin duda alguna, estamos en el mejor momento.

-¿Qué le aporta la mezcla del flamenco con otras músicas?

-Me aporta el conocimiento de la vida propia. Me enseña que tenemos una gran música y la posibilidad de hacer muchas cosas con ella. Uno se mete en estos proyectos también para ver cómo nos desenvolvemos con otras músicas y finalmente creo que el flamenco combina muy bien con otros elementos.