El Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A) acoge tres nuevas exposiciones que abordan temáticas como el arte, el origen y las emociones. Se trata de tres muestras de diferente tipología que se podrán visitar en los próximos meses, compuestas por El signo de Occidente, de Guillermo Pérez Villalta; La salvación de lo bello, de Soledad Sevilla, y Tocar la tierra, una exposición colectiva de los artistas Álvaro Albaladejo, Cristina Mejías, Manuel Romero, Rafael Pérez, Concha Ybarra y Lola Zoido.

Esta última se trata del resultado del trabajo realizado en el primer programa de investigación y producción del C3A, en el que los artistas realizaron una estancia de seis semanas en el centro.

La consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, Patricia del Pozo, ha inaugurado las tres muestras y ha recordado que el C3A cumplirá pronto los tres años y ha demostrado “que es un espacio donde se experimenta y se crea”, además de ser un espacio “de exhibición y formación de nuevos talentos y creadores rotundos”, como es ejemplo Tocar la tierra.

Del Pozo ha valorado que las tres exposiciones “tienen un hilo que los une, que es el Sur”, y ha valorado que la muestra colectiva, compuesta por varias intervenciones, “representan una mirada al origen” y a la tierra propia.

Por su parte, del conjunto de obras pictóricas de Pérez Villalta ha subrayado que representan “la belleza en el arte contemporáneo”. Además, ha recordado que los cuadros que se exhiben son los que el propio autor ha donado al Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC).

La obra de Soledad Sevilla, una intervención floral en la que se intercalan claveles rojos y la pared blanca, ha matizado que evoca a las emociones y supone “una propuesta abierta y crítica sobre el arte”. La salvación de lo bello surge además como una intervención paralela al Festival Flora, pero se mantendrá en el C3A hasta marzo del 2020.

Por su parte, Guillermo Pérez Villalta ha señalado que las obras que se pueden ver en El signo de Occidente son “parte de mi vida personal y sentimental”. El artista ha agradecido los cambios que se han realizado en el espacio expositivo, colocando paredes blancas para cubrir el hormigón “y han dejado una sala preciosa”, por lo que ha pedido “observar las obras con detenimiento, son muy enrollantes”.

Finalmente, Soledad Sevilla ha matizado que la intervención es similar a la que realizó en 1986, bajo el título Leche y sangre, que en ese momento planteó como una protesta a través del arte. En este caso, ha aclarado que toma como inspiración conceptual del libro de título homónimo escrito por Byung-Chul Han.

Sevilla ha afirmado que esta vez pretende hacer “una defensa de la belleza dentro de la tradición del arte”, usando “el elemento más bello que nadie cuestiona”. Para la obra, la artista ha hecho uso de 32.000 claveles que “oponen lo orgánico y lo estructural”.