Cultura

"El estudio diario te permite subir al escenario y bailar disfrutando"

  • El artista se alzó con la Calahorra Flamenca el pasado mes de mayo · Entre sus próximos proyectos destaca una gira por Venezuela con Antonio Canales

Nacido en Yebra, localidad de Guadalajara, el bailaor Pablo Fraile se alzó el pasado mes de mayo con la XIV Calahorra Flamenca, concurso organizado por la Peña Flamenca del Campo de la Verdad. La seguridad y la diversidad técnica, la capacidad de improvisación y el gusto por el baile elegante y capaz de enganchar al público son los aspectos más destacados que se pueden apreciar en este bailaor. Afincado en Madrid, Pablo Fraile se va abriendo camino en la danza flamenca de la mano de importantes artistas, acumulando experiencia en el día a día del tablao y el teatro, sin obviar la formación.

-¿Cómo empezó su interés por el baile?

-En mi familia no hay antecedentes en el flamenco, pero en mi pueblo empecé a aprender sevillanas y de esta manera, poco a poco, fui entrando en este mundo. Me presenté de pequeño a los premios Veo Veo de Teresa Rabal y a raíz de entonces empezó a llamarme más la atención el baile y a gustarme más. Estuve en Guadalajara estudiando danza y después me fui para Madrid, porque creo que es realmente donde hay que estar si uno quiere dedicarse a esto de manera plena, creo que es el mejor sitio.

-¿Cuál ha sido hasta el momento su preparación artística?

-Estoy en el Conservatorio de Danza de Madrid y tengo como profesor de flamenco a Juanma Carrillo, quien me ha enseñado prácticamente lo que sé de flamenco. Aunque haya estado y continúe con otros profesores, Juanma siempre me ha estado apoyando y ayudando. Para bailar flamenco o cualquier tipo de danza, la preparación es fundamental. El contemporáneo, el clásico, la escuela bolera…, sobre todo en el clásico es importantísima porque permite controlar tu cuerpo, conocerlo y expresar lo que sientes, en mi caso a través del flamenco.

-Cuando bailó en el concurso de la Calahorra Flamenca sorprendió su manera de plantear y encarar los bailes, jugando la baza de la improvisación...

-Me gusta bailar sin tenerlo todo cuadriculado al mínimo detalle, me gusta otro tipo de baile. Aunque para lograr bailar de la manera en que lo hago es esencial conocerte y haberte subido muchas veces a un escenario y comenzar a desenvolverte sin que previamente tengas una cosa montada. El estudio diario es lo que te permite subir a un escenario y bailar disfrutando; no importa que no tengas nada montado al uso, sólo debes tener claras las pautas a seguir y la estructura de los bailes. Aunque no todos los días te encuentras igual, esta manera de bailar te permite variar según estés; e influyen muchas cosas, como los músicos que te acompañan.

-¿Que detalles le gusta cuidar más en el escenario?

-Sobre todo hay que darle sentido a lo que haces; por ejemplo, si te pones a andar por el escenario, que tenga una razón, que lo hagas por algo, manteniendo la planta, lograr que la gente no pueda dejar de mirarte. Para mí es importantísimo crear ese punto de intriga y de historia que haga al espectador entrar en tensión, que le puedas sorprender con cualquier gesto y detalle.

-¿Ha vivido momentos especiales en la danza?

-Uno de los momentos más gratificantes que he tenido fue cuando me llamó Antonio Canales para incorporarme a su compañía, y ahora estoy disfrutando mucho bailando con él. El premio de la Calahorra también ha sido una cosa que me ha marcado porque no me lo esperaba. Hace poco he estado bailando en el tablao Casa Patas junto a Amador Rojas y músicos que van con Canales. Ha sido como algo mágico porque la respuesta de la gente fue magnífica.

-¿Cuáles son sus próximos compromisos artísticos?

-Con Juanma Carrillo voy a Moscú el próximo 19 de junio y a mediados de julio marcho para Venezuela con Antonio Canales. Durante todo el mes de noviembre estaré bailando en Japón con Javier Latorre.

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