Cultura

La épica del bosque

  • El guitarrista flamenco José Luis Montón firma a medias un disco con el acordeonista guipuzcoano Gorka Hermosa

Música vasca y flamenca. No es la primera vez, claro: el propio Montón hizo hace unos años el espectáculo con dos txalapartaris titulado Palo nuevo, que se pudo escuchar en Sevilla en el Palacio de Congresos, en la extinta Ferial Mundial del Flamenco. Las músicas son propias y ajenas. El disco se abre con unos tanguillos, Tiempo, en los que el gusto por la melodía característico de la guitarra de Montón se enriquece con la épica del acordeón de Gorka Hermosa. La música de Montón tiende a la intimidad y a la contemplación. De ahí que se alíe de forma natural con los paisajes vascos. La bulería Agua se basa en un arpegio incisivo sobre el que el acordeón va tejiendo melodías. Su tema, en su sencillez, es una de las melodías más hipnóticas dentro del flamenco contemporáneo. Manantial son unos tanguillos que modulan a tientos en parte de su extensión.

Los temas no originales han de escucharse, lógicamente, como homenajes. Las jotas tituladas Zelaia son un sentido homenaje a Enrique Zelaia, el acordeonista que es el autor del mayor retablo de música tradicional vasca, titulado genéricamente Zakpiak Bat, con un disco dedicado a cada una de las siete provincias vascas, incluyendo el País Vasco francés. Una jota que, en alguno de sus pasajes, se desliza hacia la bulería, como ya ensayaran en su tiempo el mismísimo Antonio Núñez Chocolate o Diego del Gastor.

De Imanol, ese otro gigante de la música vasca, incluye este disco dos temas, extraídos del álbum Donosti-Tombuctú: Kopla berrriak, es decir Coplas nuevas, y Lau Haizetara, A los cuatro vientos. Las voces las ponen aquí María Berasarte y Carmen París. Ambas completamente alejadas de lo jondo, aunque Berasarte colaboró hace diez años en El Sorbo, el proyecto de Javier Limón y Niño Josele con el que se dieron a conocer el productor y el guitarrista. Los tres temas que completan el disco son versiones de Bach por bulerías: el Preludio en do menor BWV 847 de El clave bien temperado, que nos recuerda irreversiblemente a las bachiadas brasileñas; el Preludio a la Partita para violín nº 3 BWV 1006 y, cerrando la obra, la Chacona de la Partita para violín nº 2 BWV1004. Ya antes los flamencos se habían interesado por Bach; será por eso que decía Morente de que este compositor es el "más flamenco" de los músicos clásicos. La pianista Miriam Méndez le dedicó todo un disco, centrado en El clave bien temperado y, de hecho, tiene una versión propia del Preludio en do menor que incluye también este disco.

José Luis Montón (Barcelona, 1962) es un guitarrista singular en el panorama flamenco actual, que huye de la corriente mayoritaria de este instrumento para optar por un estilo sentimental y delicado. Su inquietud por otras músicas se evidencia en sus colaboraciones: Hossam Ramzy, Ara Malikian, Renato Aresi, Andy Pupato, Amina Alaoui o Bjorn Meyer. Montón es un guitarrista melódico en un panorama flamenco hiperrítmico, de ahí su singularidad. Tiene la virtud y la facilidad de la melodía.

Gorka Hermosa, por su parte, se formó en el ámbito de la música clásica, donde su instrumento, el acordeón, aún sigue siendo un "extraño", aunque su labor está contribuyendo a que esto deje de ser así. Su inquietud musical le lleva a aprender de y dialogar con otras músicas (tango, jazz, folk, flamenco, fado...).

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