Una "deuda contraída" con la obra de Rubén Darío

Todos los poetas contemporáneos españoles tienen una "deuda contraída" con la obra de Rubén Darío, del que este año se celebra el centenario de su muerte. "Al margen de que venía de Centroamérica, Rubén forma parte de todos los árboles genealógicos de la poesía española contemporánea", destacó ayer el poeta Luis Alberto de Cuenca en el homenaje que Cosmopoética rindió al nicaragüense. Así, explicó que su influencia se aprecia ya en Gustavo Adolfo Bécquer y se divide en dos vertientes, por una parte los hermanos Machado y por otra Juan Ramón Jiménez, para luego unirse en la Generación del 27. La suya es "una obra moderna" que "hay que leer en profundidad", apuntó.

De Cuenca resaltó que, "sin duda, el leitmotiv de la poesía de Rubén Darío es el erotismo, un erotismo dionisíaco, no apolíneo; un erotismo pánico que anima todas las configuraciones líricas del maestro nicaragüense". En paralelo, tuvo "una vida absolutamente dionisíaca, sumido en los placeres carnales y el consumo de alcohol y otras sustancias". El autor de Azul "fundía en su persona la sangre de los conquistados y de los conquistadores"; él mismo afirmaba tener sangre de indio, y así lo llamaba Miguel de Unamuno, con quien nunca llegó a congeniar. Esa "fusión" la trajo a España en su primera visita, en 1892, con motivo del cuarto centenario del descubrimiento de América, una celebración que cubrió como periodista para La Nación de Buenos Aires.

El poeta madrileño recordó que el padre del Modernismo literario fue un niño prodigio y hasta su muerte "pensaban que Rubén era una criatura de otro mundo", tanto que guardaron su cerebro en formol. La publicación de Azul en 1888 fue "una auténtica revolución" y a éste le sigue en importancia Prosas profanas y otros poemas (1896), mientras que para De Cuenca "su mejor obra, la más portentosa, es Cantos de vida y esperanza (1905). Juan Ramón Jiménez fue el encargado de la preparación de ese libro, el primero de poesía con una vocación unitaria.

Por su parte, el escritor cordobés Joaquín Pérez Azaústre, que también participó en este homenaje, manifestó que "cuando se habla de vivencia en un poeta como Rubén Darío" se refiere a "una energía transformadora": "la vida pasa por el filtro del poeta y se transforma en otra cosa". En la obra del nicaragüense "asistimos a un éxtasis de embriaguez etílica y sensual", explicó. En este sentido, añadió que "cuando hablamos de erotismo en la poesía de Rubén Darío nos referimos a una forma carnal, sensorial, de entender la realidad".

Además, la primera semana de Cosmopoética incluyó un encuentro entre Pablo García Casado y el autor polaco Marcin Kurek en el que realizaron una lectura enmarcada dentro de la sección La voz de los poemas. Tras ellos, y en el mismo espacio, llegó el turno de Carlos Pardo y el poeta, narrador y crítico literario Mircea Cartarescu. Pero no sólo hubo poesía en la tarde de ayer ya que cerró la jornada la proyección en Modo del documental de David Trueba Salir de casa, basado en la vida del cantante español de pop independiente Francisco Nixon.

Por otra parte, se clausuró el ciclo Cosmopeque con el espectáculo Rotundifolia y los libros transparentes, de Estrella Ortiz y sus cuentos cortos e historias rimadas, y montaje de títeres y poesía Mundinovi.

Para hoy el festival programa Poesía en los mercados, un ciclo que comienza a las 12:00 en El Marrubial. Por otro lado, se celebrará la primera Clase Magistral, un formato nuevo que inaugurará Antonio Lucas a las 12:00 en la Casa Góngora. Lucas también estará a las 20:30 en La voz de los poemas, leyendo junto a Luis Alberto de Cuenca. Antes de ellos, la escritora griega Fani Papageorgou intervendrá en la misma actividad con Rafael Espejo (a las 19:00), mientras que María Ramos y Dorothea Lasky lo harán a las 18:00. Alexis Díaz Pimienta abrirá el ciclo Poesía en Do Menor a las 22:00 en el Teatro Góngora con Ensalada de palabras con pimienta.