"Si te dedicas a esto, la única forma de hacer ingresos son los conciertos"

Love of Lesbian constituye una de las bandas más importantes de pop-rock independiente de nuestro país y son los grandes abanderados del nuevo pop en castellano. Con siete exitosos discos a sus espaldas y una absoluta reformulación de su filosofía artística, desde mediados de la década pasada cuentan cada gira con una inagotable fuente de buenas críticas y una legión de nuevos seguidores. Mañana llegarán al Teatro de la Axerquía con un concierto, incluido en el ciclo Música entre las flores, en el que presentarán su nuevo trabajo La noche eterna. Los días no vividos, un disco doble en el que alcanzan una madurez sonora y lírica admirable.

-La noche eterna. Los días no vividos está compuesto por dos discos que describen dos maneras de entender la noche. ¿Cómo surgió la idea?

-Cuando entramos a grabar había una acumulación de temas horrorosa y hubo discusiones internas para ver qué hacíamos. Recortamos hasta quedarnos con 16. Entonces vimos que, a nivel lírico, había canciones que iban sobre el día y canciones que iban sobre la noche. A partir de aquí surgió la idea de hacer un doble, que es más digerible. No es un disco conceptual como lo fue en su momento 1999. Cuando terminamos la "gira interminable" en Razzmatazz nos encerramos en noviembre en el estudio a componer y a poner al día lo que habíamos estado haciendo durante tres años, así que no nació de una idea concreta.

-Séptimo disco en 13 años. ¿Cómo han vivido el paso del anonimato al éxito?

-Lo primero que notas es que te puedes dedicar a esto a pleno rendimiento. Hasta 1999 todos compaginábamos otra vida con la música. A la hora de ensayar o de salir de concierto tenías que compaginar tu agenda laboral. Ahora, con este último disco, nos hemos podido pasar tres meses encerrados en el estudio, cosa que antes no hubiésemos podido hacer.

-¿Cree que se han dejado algo por el camino?

-No sé si tanta dedicación hace que pierdas algo o que te dejes algo por el camino. Es muy difícil verlo desde dentro.

-Supongo que se lo habrán preguntado mil veces, pero no podemos obviar la pregunta: ¿por qué ese paso del inglés al español?

-Era un paso muy natural. Cuando empezamos, en España no había prácticamente ningún grupo preparado para hacer música británica cantada en castellano. De los pocos que se atrevieron y lo hacían de puta madre son Los Planetas. Los que escuchábamos música británica en los noventa no veíamos esa posibilidad. Luego con el tiempo empiezas a admirar incluso la música que se hacía en España en los años ochenta y ves las cosas de otra manera. Además, era bueno para la banda porque llevábamos ya tres discos en inglés, haciendo giras y tocando para cuatro personas, y te cansas. De hecho, grabamos Maniobras y teníamos la intención de dar diez bolos y dejarlo.

-¿Cree que alguna vez volverán a utilizar el inglés como lengua base? ¿Y el catalán?

-Quizás con el catalán sí que hay una asignatura pendiente, porque somos de Barcelona. Y a lo mejor en el próximo disco o en un EP grabamos algo. Pero no vamos a dejar el castellano para cantar en catalán. Será algo puntual que en ese momento nos apetezca. Pero el idioma de la banda, a nivel artístico, es el castellano. Llevamos ya cuatro discos así, nos sentimos muy cómodos con él y es muy agradable poder hacer giras por todo el país.

-¿Cómo ha evolucionado su música desde 1998 hasta este último disco? Como guitarrista, ¿ve un tratamiento distinto de las guitarras?

-Aunque parezca sorprendente, lo primero es que aprendes a tocar. Diez años haciendo bolos y grabando en estudio hace que te depures, que tu estilo encaje más dentro de la banda. Pierdes la sensación de que tocas solo y aprendes a tocar con más gente. Y a nivel técnico, de material, vas descubriendo cosas que te pueden volver loco. En el mundo de la guitarra, si te metes en pedales y en guitarras puedes llegar a perder el juicio.

-Han teloneado a The Cure, una de sus grandes influencias. ¿Cómo fue la experiencia? ¿Conocieron personalmente a Robert Smith?

-Sí, creo que fue en el 2002. Fue una locura. Probablemente ahora no lo haríamos porque a nivel técnico tenías que llevarte todo tu material para montarlo en veinte minutos y pretender sonar bien, cosa que es imposible. Pero éramos muy jóvenes y la experiencia fue increíble. Era creerte estrella por tres días y luego otra vez la vuelta a la realidad. Pero esos tres días fueron increíbles. Además el hecho de poder conocer a Robert Smith en su camerino. Le llevamos nuestro disco para decirle que estábamos muy agradecidos y tal y dijo que ya nos había escuchado y que por eso estábamos allí. Fue para darnos de cabezazos en la pared. Es un recuerdo muy agradable.

-He leído en una entrevista que consideran injusto comparar a un grupo español con uno extranjero. ¿Con qué grupo español se sienten identificados?

-Es difícil decir que te sientes identificado con algo. Quizás ahora en España somos una serie de grupos que estamos en la misma onda. Ha habido una nueva explosión del pop español; pero sentirnos identificados es complicado. Mirando atrás, por ejemplo, yo con la movida madrileña no me siento identificado.

-¿Y qué le gusta de lo que se hace actualmente en España?

-Hostia, yo tengo que decir que soy bastante fan de Iván Ferreiro. Te puede hacer un tema que cantado por otro dirías que es muy ñoño y que vaya mariconada; pero él le da la vuelta con esa voz y le da un toque que tiene mucha clase.

-Disco nuevo y supongo que gira: ¿qué tienen planeado?

-La verdad es que no lo sé. De hecho, hay una cosa que es cierta: los grupos han dejado de vender discos, y si te dedicas a esto, la única fuente de ingresos son los conciertos. Eso da sentido a las giras. A parte de que comes de puta madre, si ves que la cosa va bien, te extiendes; si ves que la cosa decae, haces una gira corta. El que manda es el público, de alguna forma.