Cultura

Un cordobés en el desastre del 98

  • Miraguano Ediciones recupera una obra en la que el político de finales del siglo XIX Manuel Villalba y Burgos describe su viaje desde Barcelona hasta Filipinas y la destrucción de la escuadra española en Manila

Marzo de 1898. Manuel Villalba y Burgos embarca en el puerto de Barcelona rumbo a Manila para tomar posesión de su cargo de gobernador civil de la provincia filipina de La Unión. Durante el viaje, el político nacido en Villafranca de Córdoba en 1845 fue tomando notas sobre la vida a bordo del buque y los lugares por los que éste navegó e hizo escala (Port-Said, Adén, Colombo, Singapur), que posteriormente publicó en 11 entregas en el Diario de Córdoba. Los apuntes concluyen con un escrito en el que describe la situación de Manila en los días siguientes a su llegada, donde fue testigo presencial de la destrucción de la escuadra española por parte de la estadounidense en la batalla de Cavite (1 de mayo de 1898). El profesor de Historia de América de la Universidad Autónoma de Madrid Patricio Hidalgo ha rescatado un texto que hasta ahora sólo había sido publicado en la prensa de la época. De Barcelona a Filipinas: Impresiones de un viaje en 1898 acaba de llegar a las librerías con el sello de Miraguano Ediciones.

Licenciado en Derecho, republicano moderado, Villalba y Burgos se encuadró en el Partido Democracia Gubernamental, más conocido como Partido Posibilista, liderado por Emilio Castelar, y se presentó a diversas elecciones a diputado en Cortes entre 1872 y 1891. El 29 de enero de 1898 fue elegido para ocupar el cargo de gobernador civil de La Unión, una provincia del archipiélago filipino situado en la costa noroeste de la isla de Luzón. "Llegado a Manila después de un largo viaje por el Canal de Suez -señala Patricio Hidalgo-, no pudo tomar posesión de su cargo por la declaración de guerra de Estados Unidos a España. Tan sólo cuatro días después de su desembarco fue testigo de la destrucción de la escuadra española en la bahía de Manila, frente al apostadero naval de Cavite. Regresado a España se pierde su pista, ya que ni siquiera se ha conservado su expediente personal de servicios". El villafranqueño "debió de fallecer a fines de 1921 o principios de 1922, ya que el 22 de febrero de este último año tuvo lugar la partición de bienes entre sus herederos".

En Manila, mientras espera un inminente bombardeo de la ciudad, Villalba y Burgos analiza el origen de la tensa situación política y social que vivía por entonces Filipinas y expone amargamente su sorpresa por la falta de defensas de Manila para hacer frente a la escuadra americana. Las impresiones que transmite son fundamentalmente políticas. Llama la atención su frase de que España se apresta "a una guerra inicua y desigual con el solo propósito de sacar incólume su honra". El 30 de abril escribe: "Llenos de zozobra hemos pasado estos días al saber que la escuadra americana se dirigía hacia aquí; pero, sin embargo, llenos también de valor y dispuestos a todo porque creemos que se han tomado todas las medidas para evitar una sorpresa. Esperamos que de hoy a mañana lleguen los yanquis y, por lo tanto, muy pronto sabremos cuáles son sus intenciones y lo que podemos hacer para resistirles, aunque mucho me temo que nos suceda lo que a los franceses con los prusianos y que quizás estemos aún menos preparados o prevenidos que aquellos".

Y el 1 de mayo: "¡Qué día tan terrible el día de hoy! (...) Siete monstruos vomitaban fuego sobre Cavite y nuestra débil escuadra. Ésta, Cavite y Manila lanzaban granadas en dirección a los acorazados enemigos sin que alcanzaran a tan larga distancia, pues gracias a la previsión -en sentido irónico- de nuestros gobiernos son muy pocos los cañones de alcance que tenemos aquí... (...) Algo y alguien tiene mucha o toda la culpa de nuestra gran derrota, pero aquí echo un nudo a la lengua para desatarlo algún día, si Dios, en quien sólo confiamos, tiene decretado que volvamos al seno de una patria, tan abandonada hoy que es débil como adulada y temida fue ayer por esas grandes potencias que permiten que en el antepenúltimo año del siglo diez y nueve se perpetre tan alevoso crimen".

Al día siguiente: "Hoy 2 de mayo, tan glorioso para todos los españoles a quienes recuerda la hecatombe de Madrid y la famosa victoria del Callao, es día de luto para esa España siempre victoriosa y ahora tan dejada de la mano de Dios. ¡Qué horrible espectáculo ofrece Cavite con sus ruinas y los restos humeantes de nuestra escuadra!".

El 6 de mayo, Villalba y Burgos asegura que se encuentra "bien y con valor para todo". "No sé cuál será el resultado de esto si este país siguiera perteneciendo a España; pero si viene tan mal que tengamos que evacuarlo, me volveré tranquilo y Dios me ayudará para seguir viviendo modesta pero honradamente", afirma.

La edición de Patricio Hidalgo incluye un extenso estudio preliminar sobre el autor y la situación colonial de las Islas Filipinas a finales del siglo XIX.

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