por Javier Fernández

Una comedia costumbrista

  • El tomo incluye los siete álbumes que narran las desventuras cotidianas de un escritor parisino, treintañero, con tendencia a soñar despierto

Me gusta recordar de vez en cuando que ECC es más que la editorial que traduce a nuestro idioma el material de DC (y sus distintos sellos). A una nutrida propuesta de manga de calidad, cabe sumar una línea de cómic de autor en la que han visto la luz obras tan sobresalientes como El artefacto perverso, de Felipe Hernández Cava y Federico del Barrio; Ideas Negras, de André Franquin; Rork, de Andreas; Fax desde Sarajevo, de Joe Kubert; ¡Maldito Allende!, de Olivier Bras y Jorge González; Cages, de Dave McKean; diversos títulos de Hermann y la oportuna recuperación del trabajo de Jesús Blasco, uno de los padres de la historieta española, a quien ECC dedica una colección propia que ya ha reeditado Los guerrilleros y el primer tomo de su personaje estrella, Cuto. En esta impresionante lista figura también la edición integral de El señor Jean, clásico contemporáneo de la bandee dessinée firmado por Charles Berberian y Phillipe Dupuy, quienes compartieron entre 1991 y 2005 las labores de guion y dibujo para narrar las desventuras cotidianas de un escritor parisino, treintañero, con tendencia a soñar despierto.

Como en otras ocasiones, ECC ha reducido el tamaño original de la página, aunque el estilo gráfico de la obra, continuadora de la gran tradición de la línea clara, aguanta bastante bien el nuevo formato, y es una verdadera gozada poder disponer de toda la serie en un tomo tan manejable como este. Van aquí los siete álbumes de El señor Jean, esto es: El amor y la portera (1991), Noches en vela (1992), Las mujeres y los niños primero (1994), Vivimos felices sin aire (1997), Como caído del cielo (2001), Inventario antes de las obras (2003) y Cierto equilibro (2005), así como el especial independiente La teoría de los solteros (2000), junto con una generosa galería de ilustraciones, bocetos y páginas a lápiz, extraídos de diversas fuentes. Se incluye también un largo epílogo de Claude Ecken, que analiza en detalle la colección. Como escribe Ecken: "El señor Jean posee una personalidad de un perfil lo bastante amplio como para que el lector se identifique con él. No se conoce su apellido, tiene un nombre de lo más corriente y su biografía está repleta de lugares comunes. Forma parte de la clase media, quizá con gustos culturales algo más elaborados en materia de pintura, música, literatura y cine. (...) Su amabilidad y simpatía le hacen caer bien; su elegante dejadez atrae y seduce. (...) Sus desventuras son las de todos: tener que cuidar de un gato, la mudanza de un amigo... Solo lo aguzado de su mirada, que detecta sin juzgarlas las pequeñas peculiaridades de sus semejantes, lo distingue de los demás". Mitad comedia, mitad retrato costumbrista, con una estética hermosa y muy reconocible, El señor Jean ganó el premio Alph'Art 1999 del Festival Internacional de Angoulême y los autores fueron también merecedores del Gran Premio del festival en 2008, lo que da la medida de la importancia de su trabajo.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios