Cultura

La celebración del desencanto

  • Intermedio presenta al fin en España a uno de los grandes cineastas de nuestro tiempo, el coreano Hong Sangsoo, con un 'pack' que incluye cinco películas

Como viene siendo ya costumbre de unos años a esta parte, el sello Intermedio acude al rescate, siempre en impecables ediciones, de ese cine que no llega a nuestro país por las vías de distribución tradicionales y que, sin embargo, es aclamado internacionalmente como el más importante, definitorio y singular de nuestro tiempo, prueba de ese paulatino aislamiento que, de no ser por iniciativas como ésta, seguiría siendo la tónica de nuestro cada vez más triste panorama cinematográfico.

Resulta sintomático que de todos los cineastas surcoreanos de su generación, una generación que ha eclosionado en las pantallas y festivales de medio mundo como penúltimo gran descubrimiento periférico, Sangsoo sea prácticamente el único que no haya aterrizado en nuestra cartelera con una filmografía que ya supera la decena de títulos.

Ahí donde la revisión genérica de los Bong Joon-ho (Crónica de un asesino en serie, The Host), Park Chan-wook (Oldboy, Sympathy for Lady Vengeance) y Lee Chang-dong (Sunshine, Poesía) o la seductora poética de la crueldad (y la cursilería) de un Kim Ki-duk (La isla, Primavera, verano, otoño, invierno...) han encontrado acomodo e incluso reconocimiento popular, tal vez por su propia voluntad de asimilarse a un público y una mirada occidentales, el cine aparentemente liviano, sobrio, prosaico, directo y transparente de Sangsoo, su sutilísimo e inteligente juego de variaciones sobre la fugacidad y los caprichos del amor, sus tortuosas historias sentimentales bifurcadas y replegadas en varios relatos dentro de un mismo filme, sus triángulos de amistad, amor y desengaño o su irónico retrato de un paisaje social plenamente autorreferencial no parecen ser del gusto de nuestros distribuidores, tal vez desconcertados por el suave roce realista de un cine que se disuelve y regenera con la certeza de estar hablándonos, desde muy lejos, de algo que nos toca muy de cerca en un lenguaje estéticamente destensado (como señala Albert Serra, quien presenta las claves de su cine y de cada película para esta edición) que no se pliega fácilmente a ninguna de las modas y corrientes del cine de autor contemporáneo.

Relacionado frecuentemente con Rohmer, aunque tal vez sin la inclinación moral de éste, el cine de Sangsoo atraviesa la década de los 90 (El día en el que el cerdo cayó al pozo, El poder de la provincia de Kangwoon y La virgen desnudada por sus pretendientes) y la primera del siglo XXI (La puerta de la vuelta, La mujer es el futuro del hombre, Un cuento de cine, Mujer en la playa, Noche y día, los cinco incluidos en este cofre, más el mediometraje Lost in the mountains y Like you know it all) hacia un paulatino despojamiento formal y una economía de medios (sus últimos títulos han sido rodados ya en digital y en muy poco tiempo, estrenando en 2010 dos películas consecutivamente: Ha ha ha y Oki's movie), en el que, zooms mediante como nueva y estimulante marca de escritura, la preocupación por el acabado y la puesta en escena cede protagonismo a nuevas y siempre diferentes variaciones sobre unos mismos temas (ese mal-encuentro del que habla Domin Choi para definir "las relaciones sin felicidad que desembocan en la imposibilidad de la relación amorosa"), unos mismos paisajes (bares y restaurantes donde se habla, se come y se fuma, habitaciones de hotel donde el sexo es siempre problemático, callejuelas y rincones para encuentros y desencuentros) y una misma tipología de personajes (cineastas, artistas, intelectuales, profesores) que conforman ese reconocible universo propio, esa gran película hecha y rehecha una y otra vez (como siempre hicieron los grandes maestros, de Ford a Ozu) que define una sutilísima, socarrona y algo desencantada mirada (puramente cinematográfica: la cámara en Sangsoo, como también apunta Serra, es siempre la que revela aquello que no puede ser escrito, la ambigüedad del mundo) sobre las relaciones humanas y, muy especialmente, sobre el lugar, desfasado y perplejo, del hombre respecto a la mujer en la Corea contemporánea.

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