"En la campaña electoral de EEUU se confundieron los deseos con la realidad"
Vicente Vallés. escritor y periodista
El director de Noticias 2 de 'Antena 3' ha dedicado su primer libro al ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca, las claves de su victoria, su relación con los Clinton y las sombras de Hillary.
El periodista Vicente Vallés (Madrid, 1963) acaba de publicar su primer libro, Trump y la caída del imperio Clinton (La esfera de los libros), donde analiza las claves que han llevado al magnate hasta la presidencia de EEUU, su vida, su relación con los Clinton y las sombras que han rodeado la campaña de Hillary. Vallés, que es experto en información política y director de Noticias 2 de Antena 3, presentó ayer su obra en Cajasur Gran Capitán.
-¿Cómo un hombre con el perfil de Trump se ha convertido en presidente de EEUU?
-Él ha tenido, entre otras cualidades que ha mostrado durante la campaña electoral, una gran capacidad para el marketing político trasladada del mundo de la empresa; y le ha funcionado muy bien. Se ha demostrado que había un sector de la población americana muy numeroso -63 millones de votantes ha tenido- que estaba esperando un mensaje diferente, tanto en su profundidad como en su forma. Y él ha sido capaz de dar eso a ese público que en algún sentido se sentía huérfano políticamente. Ha conseguido aglutinarlos, convertirse en su líder y ganar la presidencia.
-¿Es una señal de lo que puede ocurrir en otros países?
-Las señales han empezado incluso antes de la victoria de Trump. En Europa en junio tuvimos el referéndum del brexit, y se puede decir que el tipo de gente que votó a Donald Trump en EEUU no es muy diferente del que votó para que Reino Unido salga de la Unión Europea. Son personas con problemas, inquietudes y miedos más o menos similares. Lo vamos a vivir ahora en Europa: en marzo tenemos elecciones en Holanda, con un partido ultraderechista con capacidad para conseguir un resultado muy importante; después vendrán las de Francia, con el Frente Nacional Francés también con posibilidades de tener un notable número de votos; y después las de Alemania, donde hay un partido nuevo, Alternativa para Alemania, que busca ese mismo tipo de cosas. De manera que no es algo centrado en EEUU ni en la parte más ultraconservadora, sino que también en el otro lado del espectro político se ha producido un movimiento de mucha gente muy enfadada que ha decidido romper, aunque sólo sea parcialmente, con el sistema político imperante. Esto ha ocurrido por ejemplo en Grecia con Syriza, o con el auge de partidos nuevos en España, que no estaban hace poco tiempo y de repente han entrado en el Congreso con un número de escaños muy importante.
-También se refiere en el libro al viraje de Trump de financiar la campaña de Bill Clinton a enfrentarse a Hillary. ¿A qué se debe ese cambio?
-En realidad él financiaba a todo el mundo, también a los Clinton, pero no sólo a ellos. Aprovechaba su capacidad financiera para sacar beneficios políticos para sus empresas. Y eso lo hacía financiando a candidatos de todos los partidos. Por otro lado, esto tampoco es algo que haya hecho sólo Donald Trump. Muchos empresarios importantes de EEUU financian a los dos candidatos en las elecciones, por si acaso. Así tienen capacidad de influir.
-¿Es posible un sistema como el que propone Trump?
-Eso lo vamos a ver. Creo, y esto es sólo una intuición que hay que esperar a ver si se confirma, que Trump consigue convencer a la gente de que él hace cosas. Otro tema es que realmente las haga, las haga todas o las haga al 100%. En las pocas semanas que lleva en el poder ha firmado muchos decretos; que todo eso se esté llevando a cabo al 100% es diferente. Que diga que va a expulsar a los inmigrantes ilegales de EEUU es una cosa, que consiga expulsar a 11 millones de personas que no tienen papeles en EEUU es otra. Y el presidente que más inmigrantes ha expulsado en la historia de EEUU es Barack Obama; a casi a tres millones de personas. Que diga que va a construir el muro con México es una cosa, pero es que en realidad el muro ya existe, por lo que sólo tendría que completarlo; y parece que el muro lo está inventando él cuando se empezó a hacer en los 90 en época de Bill Clinton. Por lo tanto, no todo lo inventa él pero sí ha conseguido convencer a su electorado de que está haciendo muchas cosas; y eso es lo que sus votantes estaban esperando.
-Por lo pronto tiene un hueco diario en los informativos.
-Quizás se reduzca el volumen con el paso del tiempo pero recuerdo que en las primeras dos o tres semanas de mandato echabas un vistazo a la prensa americana y en las portadas de las web, de diez noticias había nueve que tenían en su titular el nombre de Trump. Su llegada ha sido apabullante por las expectativas, miedos, esperanzas y el interés que ha generado.
-¿Ha sido la campaña más interesante que ha cubierto?
-Seguramente la más sorprendente por su resultado final. Creo que es la primera vez que realmente nadie apostaba por la victoria de quien ha sido el ganador, salvo un profesor universitario de Washington que lo había predecido. En la campaña todo el mundo confundió los deseos con la realidad y cuando haces análisis electorales, por ejemplo, no conviene confundir lo que te gustaría que pasara con lo que realmente puede pasar porque cuando se ponen las urnas a disposición de la gente puede ocurrir cualquier cosa y no tiene por qué coincidir con tus gustos; de manera que hay que mirarlo con una perspectiva diferente. La realidad es que los sondeos hasta el último día daban la victoria a Hillary Clinton, y no se equivocaban tanto porque logró tres millones de votos más. Lo que ocurre es que el sistema es el que es y no había que ganar en más votos sino en sitios concretos, que es lo que supo hacer Trump.
-¿Cómo vivió la investidura en Washington?
-Es la tercera que he vivido de un presidente de EEUU. Ha sido distinta por un hecho muy significativo, sobre todo comparado con la primera toma de posesión de Obama. Washington es una ciudad volcada con el partido demócrata. Allí Trump consiguió el 4% de los votos frente al 94% de Hillary. No es fácil encontrar muchos apasionados defensores de Trump en esa ciudad, sin embargo en esos días vino mucha gente de otras zonas a celebrar su victoria. Era curioso ver su tipología porque básicamente eran americanos blancos procedentes del centro del país, de la América profunda, con sus sombreros típicos de Texas. Ese es el votante que ha llevado a Trump a la Casa Blanca.
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