El camino de los reyes

13 de agosto 2011 - 05:00

El regreso del guionista Roy Thomas a Conan se produce en uno de los momentos álgidos de la trayectoria historietística del cimmerio. Los tres últimos arcos argumentales escritos por Timothy Truman han brillado a un nivel altísimo, demostrando no sólo coherencia y respeto por el original literario, sino también que hay vida más allá del primer Marvel.

El Conan de Truman funciona con dos referencias canónicas: R. E. Howard y el propio Roy Thomas, y construye su discurso a partir de ambas, acercándose al primero y alejándose del segundo. Es por esto que, al emprender las adaptaciones de Black Colossus y Iron Shadows in the Moon, haya optado por soluciones narrativas audaces -la expansión en el primer caso, la variación del punto de vista en el segundo-. Aunque quizá sea en Free Companions, el arco de transición entre una y otra adaptación, donde se halla la verdadera aportación del guionista a la serie. Es aquí donde se despliega una visión de Conan rompedora, moderna y alejada de lo consabido. Se aportan soluciones argumentales frescas, nuevas motivaciones, debilidades y contradicciones al personaje, y el escritor queda consagrado como el cronista idóneo de Conan en el siglo XXI.

En estas estábamos, cuando Thomas ha retomado la cosa donde Truman la dejó, en un barco en el Mar de Vilayet. Road of Kings, que va ya por su número 6, es un pastiche similar a los que ya firmó Thomas en la década de los 90, ameno, pero intrascendente, cargado de esos mismos tópicos que él inventó de la nada hace ya cuatro décadas. Al maestro se le perdona todo y el tebeo se lee con soltura y poco más. Los dibujos de Hawthorne, muy cartoon, tampoco ayudan demasiado. Entretanto, Truman ha estado adaptando The Scarlet Citadel. Ojito con eso.

Roy Thomas, Mike Hawthorne. Dark Horse. 32 páginas

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