Cultura

"Los británicos siempre se han sentido fascinados por Andalucía"

  • El autor de 'Entre limones' y ex batería del grupo Genesis, enamorado del paisaje de las Alpujarras, revela los problemas que ha tenido con la editorial Almuzara, a la que ha llevado a los tribunales, por temas económicos

Chris Stewart tiene una de esas vidas extrañas y apasionantes que muchos desearían vivir (pero no se atreverían a hacerlo como él). Comenzó siendo batería del grupo Genesis, el primer batería de la formación de Peter Gabriel, pero tras el segundo single abandonó la banda. "Me encanta la música, pero cuando la hacen otros", dice ahora. Después decidió explorar el mundo: fue esquilador de ovejas en Suecia, viajó por China, se sacó el título de piloto de avión y, finalmente, recaló en las Alpujarras granadinas. Se instaló en un cortijo infranqueable, sin luz ni agua corriente, y fue feliz viviendo de su huerto junto a su mujer y su hija.

En 1999 publicó sus reflexiones sobre su vida alpujarreña en el libro Driving among lemons. An optimistic in Andalucía, que en español se llamaría Entre limones y que se convirtió en un best-seller mundial. Ello lo llevó a escribir una segunda parte, El loro en el limonero. Los dos libros han sido publicados por Almuzara.

-¿Qué es lo que tiene Andalucía que atrae tanto a los británicos?

-Hay un montón de razones. Los británicos siempre se han sentido fascinados por España y, en especial, por Andalucía. Desde la época de los romanos nadie ha invadido Gran Bretaña. Sin embargo, muchísimas culturas invadieron o pasaron por España y dejaron aquí su huella. Ahora muchos ingleses vienen a España porque el vino o el tabaco son más baratos. Pero a lo largo de la Historia siempre ha habido muchísimo interés por España. Ese interés comenzó en el siglo XVIII. Luego se produjo una verdadera explosión de viajeros ingleses en el siglo XIX, a lo largo de todo el siglo. Yo me puse a contar los libros de viajes que escritores ingleses han hecho sobre España y son centenares.

-Joe Strummer, el cantante del grupo The Clash, que era un apasionado de Granada y Almería, decía que Andalucía le fascinaba por el carácter de la gente...

- Y es cierto. Los ingleses solemos tener fama de ser muy fríos, pensativos y contemplativos. A muchos nos encanta cuando nos encontramos con todo lo opuesto, y eso tan opuesto son los andaluces, que son mucho más vivos, más excéntricos, más alegres. A mí me encanta Andalucía no sólo por el carácter de la gente, sino también por el paisaje, por la arquitectura, por la historia, por la música. Es un lugar que tiene atractivos por todas partes.

-¿Qué fue lo que más le fascinó de Andalucía?

-Cuando llegué aquí, me fui a vivir a un cortijo muy remoto en la Alpujarra. Desde el principio me fascinó enormemente el paisaje de Andalucía, lo salvaje de la tierra. Aquí el aspecto salvaje de los paisajes lo tenemos en una gran cantidad. Yo soy muy caminante y me encanta pasear por el monte, de manera que estos lugares son ideales para mí.

-¿Tan diferente es el paisaje andaluz del británico?

-¡Oh, sí, por supuesto! Es un paisaje absolutamente distinto. En Inglaterra es, digamos, más acogedor, menos dramático. No hay paisajes salvajes allí. El monte más alto que hay en toda Gran Bretaña mide 1.300 metros, creo. Cuando aquí la gente está acostumbrada a vivir muy por encima de esa altura. Hay, además, una cosa sin la que ya no puedo vivir: los naranjos, los limoneros, los árboles de los cítricos. Son árboles muy especiales para mí, muy especiales.

-Su libro Entre limones tuvo primero un enorme éxito en Gran Bretaña, luego en Estados Unidos y, cuando fue traducido al castellano, también en España. ¿Se esperaba ese éxito de la obra?

-No, en absoluto. No me esperaba nada de éxito ni en inglés ni en español. Me quedé sorprendido, pero me ha encantado toda la carrera que ha tenido ese libro a lo largo de los años. En España se vendieron 250.000 ejemplares, y en el mercado inglés, 750.000. La pena es los problemas que he tenido después con los responsables de la editorial [Almuzara], que no me pagaron nada por el libro. Pensaba que eran gente más seria, porque al principio se portaron muy bien e hicieron una gran promoción. Al final hemos terminado en los tribunales. Otros autores también están sufriendo los mismos problemas que yo. Espero que todo termine bien.

-Usted comenzó su carrera como músico tocando la batería en el grupo Genesis. ¿Nunca le tentó volver a tocar en serio?

-No. Me encanta la batería, desde luego, y siempre que hay una en alguna fiesta, me siento y me pongo a tocar. Ahora también toco la guitarra. Pero no me siento músico. Me encanta la música, por supuesto, pero cuando la tocan otros.

-Resulta curioso, pero Granada ha atraído a muchos músicos británicos: en Granada vive Richard Nother, batería de The 101'ers. Joe Strummer pasaba largas temporadas entre la ciudad y San José, en Almería. Fin Costello, fotógrafo de los Rolling Stones y Deep Purple, también tenía una casa... ¿A qué se debe eso?

-Creo que a los músicos y a los artistas la belleza de la ciudad les resulta inigualable. A mí, al menos, me lo parece. Mi hija ahora está estudiando en Granada y me encanta ir a la ciudad a visitarla para contemplar su belleza. Me siento deslumbrado por todo, la belleza de sus calles, todo. Dicen algunos que Granada es una ciudad burguesa y aburrida, pero a mí no me lo parece en absoluto. Es una ciudad con una historia fascinante. En Granada continúan los restos de unas culturas muy importantes, unos restos que aún se pueden discernir. Muchas veces me imagino cómo debió ser hace siglos. Para mí esta ciudad es el mundo idóneo.

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