Cultura

La bailaora Mercedes de Córdoba presenta en el Festival de Jerez 'Ser. Ni conmigo ni sin mí'

  • La artista cordobesa pondrá en escena el próximo 2 de marzo un espectáculo que surgió "como una necesidad de reconciliación" con ella misma

La bailaora Mercedes de Córdoba.

La bailaora Mercedes de Córdoba. / Beatrix Mexy Molnar

La bailaora Mercedes de Córdoba llevará hasta el Festival de Jerez su espectáculo Ser. Ni conmigo ni sin mí, un proyecto que surgió "como una necesidad de reconciliación" con ella misma. Por eso, la línea que guía este montaje, que se presenta este lunes 2 de marzo, es "la lucha interior de ser o no ser, de solo existir o estar bien contigo misma". Llevado al flamenco, la cordobesa cuenta la ambigüedad que supone "el querer y el no querer bailar". 

La artista estrenó este montaje en Córdoba en 2018, pero ha introducido varios cambios a esta propuesta inicial, aunque "la esencia es la misma". Cuando lo creó, tenía la necesidad de contar "toda la presión que sufrimos diariamente, que hablen de ti, lo que hay que dejar atrás para seguir en el mundo del baile y la lucha interior del artista".

Era un sentimiento que Mercedes Ruiz, conocida artísticamente como Mercedes de Córdoba, necesitaba expresar porque esa presión no la siente solo ella: "en cualquier reunión con compañeros siempre hablamos de lo mismo, de los nervios, el estrés...".

Por eso, Ser. Ni conmigo ni sin mí es un "resumen de la lucha entre la artista y la persona", una circunstancia que se da "incluso en la vida misma" porque "todos tenemos nuestra cruz a cuestas". Por eso, durante la mitad del espectáculo hay una cruz (con unas dimensiones de cuatro por tres metros) colgada bajo la que baila la coreógrafa cordobesa.

"Pisar el escenario de Jerez y tenerlo para mí sola es todo un lujo", indica la bailaora

La escena se completa con una especie de jaula que simula una cárcel y una silla a las que hay que sumar una gasa que al principio del montaje tapa a Mercedes representando "ese miedo a la exposición pública", para que haya "una barrera con el público".

Esta obra es de corte tradicional porque "lo que me gusta y con lo que me expreso es con el flamenco", pero ha incluido unos textos adaptados para una música que ha creado Juan Campallo que no es un palo en concreto. 

En el escenario la acompañará su "batallón": al cante tiene "el privilegio" de contar con Enrique El Extremeño, con Antonio Núñez El Pulga y con Jesús Corbacho; a la percusión estará Paco Vega; y a la guitarra Juan Campallo (su pareja personal y artística), que codirige el montaje.

El Festival de Jerez es "una plaza grande" y por lo tanto "es un escaparate importante" que puede suponer "un antes y un después" para dar más visibilidad a Ser. Ni conmigo ni sin mí. Además, Mercedes de Córdoba tiene "mucho cariño" a esta cita porque desde que era pequeña ha participado en él "con muchas compañías", por ejemplo, con Eva Yerbabuena ha ido en cada estreno.

"Ahora, pisarlo y tenerlo para mí sola durante una hora y veinte minutos es todo un lujo y estoy muy agradecida por ello" , confiesa.

Pero además de su faceta como bailaora, la coreógrafa cordobesa estará presente en Jerez con la dirección de dos espectáculos e impartiendo cursos.

Por una parte, el pasado lunes estrenó dentro del Ciclo Savia Nueva y Universal Cámara abierta, de Paula Comitre, que dirige junto a David Cori. El jueves 5 de marzo se pondrá en escena la propuesta de Fernando Jiménez, Premio Desplante en el Festival de La Unión, que lleva por título Conmigo… y que cuenta con Eva Yerbabuena en la coreografía del paso a dos y con la colaboración especial de Ángel Fariña.

En este festival va a mostrar todas sus facetas, lo que refleja el buen momento que vive su carrera: "estoy súper agradecida, muy contenta; este festival es como un reconocimiento a todo el esfuerzo. Si todo sale bien será como un chute de adrenalina, una recompensa a un trabajo realizado toda la vida". 

La evolución de la trayectoria de Mercedes de Córdoba, que es Premio del Concurso Nacional de Córdoba, tuvo un antes y un después cuando comenzó a ser solista. "Cuando estás en una compañía haces cosas que siente la persona que dirige y coreografía, estás al servicio 'de' y te metes en su piel", explica. El cambio "está claro porque ahora soy yo 100%".

Con 19 años ganó el Concurso Nacional de Baile por Alegrías de la Peña La Perla de Cádiz, al que siguieron otros reconocimientos como el premio Antonio Gades del Concurso Nacional de Córdoba (2001), el primer premio en la Bienal de Sevilla (2002), el Segundo Premio de Baile en el Festival de Cante de Las Minas de La Unión y el primer premio de baile en el XX Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba (ambos en 2013).

El "cambio radical" fue en 2013 porque desde entonces no ha vuelto a trabajar con compañías (antes lo alternaba con trabajos en solitario), salvo como artista invitada. 

El año 2013 fue un punto de inflexión en su carrera, aunque piensa que "un premio no cambia nada, pero sí ayuda la repercusión que te da". De hecho, en su caso fue tal que la artista cordobesa se agobió y de ahí "nace parte de este espectáculo" porque "de repente, todo el mundo habla de ti". Esa exposición supuso "un reconocimiento y alegría grandísima, pero también una retirada; me fui detrás de la barrera".

"Lo hice porque quise, porque en ese momento quería tomármelo con calma", tanto que incluso rechazó actuar en la Bienal de Sevilla porque "no era el momento, necesitaba asentarme y asimilarlo".

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