Los artistas lamentan que la Biacs no buscara una alternativa en Córdoba

Decepción es una de las palabras que mejor definen el ánimo de los artistas cordobeses ante el anuncio de la retirada de Córdoba -concretamente, del Alcázar de los Reyes Cristianos- como una de las sedes de la tercera edición de la Bienal Internacional de Arte Contemporáneo de Sevilla (Biacs3), que este año sale por primera vez de la capital hispalense (con destino, inicialmente, a Córdoba y Granada) y tiene como uno de sus argumentos las aportaciones científicas, culturales y arquitectónicas de Al-Ándalus.

"Córdoba podría haber aportado mucho a la Bienal y pasar a formar parte, a cambio, del circuito de arte internacional", opina el artista Tete Álvarez, buen conocedor del evento, en el que incluso participó hace dos años con dos series de fotografías.

Además, la mayoría de los creadores consultados por El Día con motivo de la noticia -anunciada oficialmente el pasado sábado, a tan sólo 12 días de la inauguración oficial de la Bienal- coincidieron en señalar que una organización como la de la Biacs, con un respaldo presupuestario de tres millones de euros, debería haber buscado alguna solución ante la retirada del patrocinador cordobés, una entidad privada de la que no se ha hecho público el nombre. La provisionalidad y la incapacidad para reaccionar no parecen propias del acontecimiento andaluz más importante dentro del arte contemporáneo, aseveran.

"Se tendrían que haber barajado otras soluciones, si realmente había interés. A lo mejor tendrían que haber dado la cara instituciones públicas", recalcó Álvarez, que disiente de las formas en las que la organización hizo pública su decisión.

El argumento exclusivamente económico esgrimido por la Biacs para la cancelación de la cita también ha hecho reflexionar a algunos artistas, que piden mayor claridad de datos y saber "cuánto habría costado realmente la celebración de este evento en la ciudad, porque a lo mejor el dinero ha sido una excusa", como apunta el creador y profesor de plásticas en la Universidad de Córdoba Manuel Garcés, que considera este hecho como un "pequeño fracaso para Córdoba". Garcés explicita que aunque no está muy de acuerdo con el planteamiento artístico de este tipo de acontecimientos, de lo que no cabe duda es de que "ayudan a que la gente se habitúe a contemplar arte contemporáneo, que aquí nos llega muy de pasada pero que en ciudades como Madrid o Barcelona, donde forma parte sustancial de la vida cultural de la ciudad, funciona tan bien porque la gente está más familiarizada".

Pero lejos de caer en el derrotismo, la mayoría de los artistas consultados también coincide en relativizar los daños de la cancelación del proyecto, puesto que este tipo encuentros artísticos son cada vez más cuestionados. "Tenemos que mirar lo que somos capaces de generar como productores de cultura y preservar nuestro optimismo sin esperar a que nos den ningún premio", sentencia Miguel Gómez Losada, uno de los más escépticos respecto al mundo de las ferias de arte, "que ni siquiera sigo".

En la misma línea se posiciona la joven creadora María Ortega -que en la actualidad expone en Carmen del Campo-, que asegura que la Bienal ha provocado una contracorriente de artistas que protagonizan una antibienal como protesta por un evento demasiado mediatizado. "En Córdoba no tiene repercusión, pero ni siquiera en Sevilla", afirma Ortega, que rechaza la, a su juicio, temática negativa que potencia este acontecimiento, y pone como ejemplo la destrucción del paisaje: "Si no participas de las temáticas que ellos proponen no eres escogido, así que no creo que merezca la pena".

A ello añade Tete Álvarez que estos grandes eventos "se hacen muy de cara a la galería, planteados más como un espectáculo o un recorrido turístico, por lo que cada vez están más cuestionados".

La Bienal de Sevilla, cuyo equipo de comisarios está encabezado por Peter Weibel, comenzará el 2 de octubre.