Las ventas de arte contemporáneo procedentes de Latinoamérica y Rusia han superado las previsiones de Sotheby's y Christie's, aunque siguen sin ser comparables con la recaudación obtenida por obras de artistas consagrados. Las principales casas de subastas han buscado en 2007 nuevos y potenciales compradores, especialmente entre los nuevos ricos chinos y rusos que tratan de diversificar sus inversiones y que apostaron por obras de artistas la mayoría totalmente desconocidos para ellos.

Entre aquellas, destaca la venta en Nueva York del cuadro Tres personajes, de Rufino Tamayo, que permanecía desaparecido desde hace 20 años, por 694.996 euros.

Las piezas que alcanzaron récords de ventas son, entre otras, un huevo con un reloj de cuco de diamantes fabricado por Carl Fabergé para los Rothschild (12,5 millones de euros) y el Estudio para Inocencio X (36,62 millones de euros), de Francis Bacon.

Otra de las apuestas, pero más leve, por parte de los expertos de Sotheby's ha sido por el mercado de la pintura española de finales del siglo XIX y comienzos del XX.

De esta manera, Fuensanta, de Julio Romero de Torres, imagen del billete de cien pesetas del Banco de España hasta 1978, alcanzó el precio de 1,17 millones de euros en Londres (ver despiece).

Pero uno de los circuitos de arte moderno y contemporáneo más interesantes tuvo lugar en verano y en Europa con la celebración a la vez de cuatro ferias: la Bienal, de Venecia; la Documenta, de Kassel; el Skulptur, de Münster, y la más importante, la de Basilea, también conocida como la Art Basel.

Más allá de las subastas, también los artistas latinoamericanos han sido protagonistas en el mercado asiático y europeo con su participación en la Bienal de Venecia (con México como país invitado), la de Kassel y la Bienal de São Paulo.

A su vez, en Nueva York, una de las ciudades clave en difusión y creación de nuevas tendencias, se organizó la primera feria de arte latinoamericano contemporáneo, denominada Pinta, y también, fue el lugar elegido por el pintor y escultor colombiano Fernando Botero para mostrar sus 45 obras, que no están en venta, inspiradas en las torturas en la cárcel bagdadí de Abu Ghraib.

En escultura destaca la aportación de la Tate Modern de Londres con dos muestras: la retrospectiva dedicada a la prestigiosa franco-estadounidense Louise Bourgeois y la obra Shibboleth, de la colombiana Doris Salcedo, quien ha conseguido una renovación del lenguaje con esta escultura que se encuentra a camino de la instalación.

En fotografía, la corriente que proviene de Rusia, concretamente, del grupo AES+F y del artista Dimitri Gustov, continúa influyendo en el mercado y en las tendencias del norte de Europa.

Por otra parte, los ladrones de obras de arte y de piezas arqueológicas han estado en el punto de mira informativo. Entre los robos, que son más frecuentes de lo que el público cree y que no siempre salen a la luz, cabe destacar la desaparición de unas obras de Pablo Picasso en casa de una de sus nietas en París y otras de Fernando Botero en Pietrasanta (Italia).

Los robos de arte religioso y piezas arqueológicas en Latinoamérica se cuentan por miles. Pero las autoridades bonaerenses dieron en 2007 la señal de alarma sobre el aumento del volumen global de sustracciones.

Por otro lado, se han recuperado importantes piezas robadas como La Madonna del huso, de Leonardo da Vinci; lienzos del español Pablo Picasso y los famosos cuadros El Grito y La Madonna, del noruego Edvard Munch.

Y, también, el británico Jonathan Yeo, en Londres, retrató al presidente de EEUU, George W. Bush, usando un collage de fotografías pornográfica.

A su vez, en 2007 el circuito artístico ha tratado de afianzar la incorporación del cómic, el street art o graffiti y la cocina, a pesar de las negativas de los artistas y marchantes más puristas. De esta manera, entre otras muestras, cabe destacar que la prestigiosa Documenta de Kassel programase para su inauguración una creación culinaria del chef español Ferrán Adriá.

La tendencia del arte en 2007 ha sido de continuidad en las ventas y compras -principalmente de lo ya conocido, debido a la incertidumbre financiera-, mientras que a nivel creativo la renovación profunda del lenguaje artístico, mediante un nuevo movimiento fuerte, sigue sin afianzarse debido a la especialización cognitiva y conceptual cada vez mayor de los circuitos artísticos.