Cultura

Un libro indaga en las anécdotas más humanas de Camilo José Cela

  • Gaspar Sánchez Salas, secretario del escritor, publica 'El coño de Don Camilo', una obra en la que reúne historias que descubren la parte más íntima del Premio Nobel de Literatura español

Camilo José Cela decía que era "un sentimental al que le habían educado en lo contrario", y así se desprende del libro que ha publicado el que fuera su secretario en los últimos seis años, Gaspar Sánchez Salas, y en el que reúne las anécdotas diarias del escritor gallego, descubriendo su dimensión más humana como escapadas clandestinas, mentiras, lágrimas y mujeres, historias que conoció de boca del Nobel de Literatura.

El coño del Don Camilo es el llamativo título de este volumen que, publicado por Espejo de Tinta, presentó ayer el autor, acompañado por el hijo de Cela, Camilo José Cela Conde, quien señaló: este libro es "muy oportuno, porque mi padre era un personaje al que se le atribuía toda clase de anécdotas o hazañas, y aquí se recogen las anécdotas de verdad, por parte de alguien que le acompañó y cuidó en los últimos años de su vida". "El libro está hecho por el ángel de la guarda de su recuerdo", precisó Cela Conde.

Anécdotas que dan prueba de un Camilo José Cela más cercano, menos encerrado en la torre de marfil y más en el mundo, como cuando se iba junto con su secretario a El Pardo, a tomar cervezas con un pincho de tortilla, momento en el que tenían tiempo para la intimidad y el sarcasmo. "Siempre desde el gran respeto que me imponía", recordó el autor de esta obra.

"El mismo Cela me dijo que hay que anotar todo y que hay que escribir", dijo en la presentación del libro ayer en Madrid. Siguiendo el consejo de su maestro, Sánchez Salas anotaba diariamente en un diario las conversaciones que mantuvo con Cela durante sus últimos años. Lo que recogió en ese diario ha servido de materia prima para elaborar este anecdotario. Sánchez, que estuvo al lado del escritor desde 1995 hasta 2002, año en el que murió el Nobel, se atrevió a decir que Marina Castaño, la segunda esposa de Cela, era "una pura anécdota" en la vida del Nobel y que "desaparecerá rápido". "Es lo que voy a intentar hacer". "Afortunadamente dentro de cien o doscientos años sólo se conocerá la producción literaria de Camilo José Cela, y Marina Castaño será sólo una anécdota", matizó.

Entre las historias que Sánchez destaca en este libro, una de las más llamativas es la que da nombre al volumen, El coño de Don Camilo, y que se refiere al gusto de Cela, según el autor "por llamar a las cosas por su nombre".

Aquí recuerda el autor "algo que poca gente sabe", y es que fue el escritor quien consiguió que la palabra "coño" se incluyera en el Diccionario de la Real Academia Española. "La palabra coño la llevé yo, con la autoridad de Quevedo. La Academia siempre ha sido mucho más abierta de lo que la gente cree. Pero bueno, en todo caso hay autoridades que no se pueden rebatir, tu verás, dime quién rebate a Quevedo y su coño..." recoge el libro.

La anécdota por "excelencia" que también está en este volumen es la que hace referencia al paso del escritor por el Senado, cuando fue nombrado senador por designación Real, en 1977. En uno de esos momentos, el presidente del Senado en aquella época, Antonio Fontán, se dirigió al escritor, a quien había sorprendido "echando una cabezadita". "El señor Cela está dormido", dijo, y Cela respondió: "No, señor presidente, no estaba dormido sino durmiendo". "¿Acaso no es lo mismo estar dormido que estar durmiendo?" le dijo el presidente, y Cela respondió: "No, señor presidente, como tampoco lo es estar jodido que jodiendo", sentenció el Nobel.

Por otro lado, el hijo del escritor gallego, invitó ayer a Sánchez, profesor de Literatura y autor de Cela: mi derecho a contar la verdad o La mujer del héroe, a continuar la labor dejada a medias por su padre sobre el diccionario geográfico. De una relación que empezó siendo profesional pero que tornó en una amistad, el secretario dijo que cada día aprendía algo nuevo. "Aprendí muchísimo de él. En la medida que puedo intento poner en práctica sus dos grandes consejos: enfréntate a las cosas sin red, si te estrellas mala suerte; y antes muerto que mediocre". Habrá más porque, a juicio del autor, "es el deber del discípulo escribir del maestro".

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