Álvaro Díaz Lorenzo: “Siempre le doy un toque social a mis películas, pero desde la comedia”

El director estrena este viernes ‘Vírgenes’, en la que retrata con humor la represión sexual en la Costa del Sol de los 60.

Los actores César Vicente y Natalia Azahara posan junto al director Álvaro Díaz Lorenzo, el martes en los Cines Odeón Plaza de Armas de Sevilla.
Los actores César Vicente y Natalia Azahara posan junto al director Álvaro Díaz Lorenzo, el martes en los Cines Odeón Plaza de Armas de Sevilla. / Alejandro Núñez

El cineasta Álvaro Díaz Lorenzo (1977), aunque nacido en Madrid malagueño de adopción, muy conocido por algunas de sus anteriores películas, como Señor, dame paciencia (2017) o Los Japón (2019, regresa este viernes a las pantallas con Vírgenes, una comedia sobre la represión sexual del franquismo en tiempo del boom de la Costa del Sol, a finales de los 60.

Pregunta.–La comedia, el humor, suele ser un anzuelo efectivo para atrapar al espectador y hablar de otros asuntos.

Respuesta.–Soy muy fan de las comedias sociales británicas. Películas en las que pueden hablar de todo. En mis películas siempre intento meter un toque social, pero desde la comedia. En Vírgenes es lo que hago, con la Ley de Vagos y Maleantes, desde la comedia. Y creo que lo he conseguido.

P.–Hay muchos guiños al cine de los sesenta, a lo que conocimos como el landismo.

R.–Claro, y he vuelto a ver las grandes películas de Alfredo landa y José Luis López Vázquez. He tomado nota de la ambientación, del vestuario, de cómo utilizaban la cámara fija. Y la verdad es que me lo he pasado muy bien, me he reído mucho.

P.–El sexo, la sexualidad, está muy presente en Vírgenes, como la gran represión de la España de los 60.

R.–Para hacer esta película he utilizado mucho lo que me han contado mis padres y abuelos. Ese “yo me casé para poder acostarme con tu madre” está presente (risas). Me apetecía indagar en ese momento concreto de nuestra historia, donde para los jóvenes ver un tobillo era como lo máximo.

P.–¿La Costa del Sol, Torremolinos, en aquella España eran como una ventana hacia la libertad?

R.–Y eso lo utilizó el franquismo para ofrecer una imagen de España más abierta, y para blanquear la dictadura. Torremolinos fue uno de los primeros lugares de España en los que hubo zonas y lugares abiertamente gays. Hemos rodado en esos espacios, algunos de los cuales han sido protagonistas de acontecimientos que todavía aún se recuerdan.

P.–En Vírgenes encontramos, desde el humor, la simbología más evidente del franquismo: la iglesia, la guardia civil y la familia tradicional.

R.–Tenía clarísimo desde que empecé a escribir el guion que uno de los tres protagonistas masculinos tenía que tener unos padres del Opus Dei y que, por supuesto, tenían muchísimos hijos, que es también un homenaje a La gran familia (Fernando Palacios, 1962), un gran clásico de la comedia española. Yo quería representar eso. Al igual que tenía muy claro que la Iglesia y la autoridad, representada a través de la Guardia Civil, también debían estar presentes en la película.

P.–Háblenos del reparto de Vírgenes, compuesto por actores y actrices muy jóvenes.

R.–Supe desde el primer momento que debían ser muy jóvenes. Y curiosamente es mi propuesta más actoral, ya que sobre los cincos actores y actrices protagonistas recae todo el peso de la película. Fue gracias a un minucioso proceso de casting y a que posteriormente tuve una extraordinaria comunión con ellos. Solo tuve problemas, llegué hasta a despertarme por las noches, como si se tratara de una pesadilla, con el personaje de Rafa, interpretado por César (Vicente). En un principio, lo iba a interpretar otro actor y no, no encajaba, no era el Rafa que yo había imaginado. Por eso cuando vi a César todo encajó, todo tuvo sentido.

P.–¿Qué reacción espera del público?

R.–Me encantaría que sucediera lo que he visto en los festivales, la gente sale satisfecha, entretenida. Me gustaría que vinieran personas de aquella generación, de los 60, pero también de la actual, ya que se trata de una comedia familiar.

Cinco intérpretes de hoy viajan a la España de los 60

Cinco intérpretes muy jóvenes son los grandes protagonistas de Vírgenes. En la presentación en Sevilla nos encontramos con dos de ellos: el sevillano César Vicente (Tomares, 1997) y la colombiana Natalia Azahara (Barranquilla, 2000).

–Siendo de una generación muy posterior, ¿cómo han hecho para introducirse en la piel de jóvenes de los 60?

–Natalia Azahara: Ha sido muy sencillo gracias al trabajo previo y a los ensayos que hemos realizado. Y durante el rodaje ha sido clave la labor de Álvaro (director), ya que nos ha cuidado mucho desde el principio. También utilicé muchas conversaciones con mi familia, ya que la situación en Colombia en ese tiempo no era muy diferente a la de esa España.

–César Vicente: Gracias a Álvaro ha sido todo muy fácil. Tiene una especial habilidad para crear familia. También ha ayudado la recreación, el vestuario, el que hayamos rodado algunas escenas en localizaciones reales, como el Pasaje Begoña, de Torremolinos, donde a a principios de los 70 hubo una gran represión contra el colectivo homosexual.

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