"Veo con preocupación que algunos ánimos se están exacerbando"

25 de septiembre 2009 - 10:34

El Museo de Bellas Artes de Córdoba y varias localidades de la provincia (entre ellas Montalbán y La Rambla, donde Enrique El Fenómeno va a ser declarado Hijo Predilecto e Hijo Adoptivo, respectivamente) acogerán en las próximas semanas distintas presentaciones del libro que Antonio Moreno ha dedicado a su padre, publicado por la editorial Séneca.

-¿Cómo está conservando la ciudad, desde su punto de vista, los monumentos de su padre?

-Mi padre había proyectado que la escultura de Eduardo Lucena fuera ubicada frente a la casa de los Páez. Hizo la escultura por suscripción popular. Tardó cinco o seis años en crearla y luego estuvo un montón de tiempo perdida, entre comillas. Fue recuperada en 1981 -y situada en la plaza de Ramón y Cajal- con motivo de un homenaje al compositor. Yo tengo el consuelo de que la estatua ahora mismo está limpia. Pero hay obras de menos valor y menos mérito, y hablo tanto del personaje representado como del escultor, en sitios de mayor enjundia. La escultura de Martínez Rücker está en los jardines de la Agricultura, donde la pusieron originalmente, y ha sufrido vandalismos de diversa índole. Yo escribí al Ayuntamiento instándole a que cuidara en mayor medida el patrimonio histórico-artístico. Las esculturas y los jardines tienen que estar sujetos a un cuidado continuo. No puede ser que sólo se les dé una lavadita cuando alguien protesta. Creo que el Ayuntamiento no ha valorado suficientemente a mi padre. Ni Julio Anguita ni Herminio Trigo ni Rosa Aguilar ni ninguno de los alcaldes que ha habido ha mostrado interés por recuperar su figura del olvido.

-¿Cómo ve el ambiente político español?

-Veo con preocupación que algunos ánimos se están exacerbando. Hay discusiones muy virulentas. Recuerdo que mi madre me decía: "Hijo, esta guerra no se ha hecho de un día para otro". Todo venía desde los años de la dictadura de Primo de Rivera. Poco a poco se fueron caldeando los ánimos. Cuando las izquierdas llegaron al poder, los otros no lo aceptaron y cada día el enfrentamiento era más violento, hasta que llegó lo que llegó. Yo ya tengo muchos años y le ruego a Dios que nunca más vea eso en mi país. Mi padre fue víctima de unas circunstancias que jamás se deben volver a dar. Yo recupero en el libro lo que decía Mariano José de Larra: "Aquí yace media España; murió de la otra mitad".

-En aquella Córdoba de ceniza y olvido hubo algún intento individual y extraordinariamente valeroso de mantener vivo el recuerdo de su padre. Matilde Cabello recordaba recientemente en un reportaje que Pilar Sarasola, viuda de Rogelio Luque, mantuvo en la librería Luque un busto de Enrique El Fenómeno.

-He tenido verdadera devoción por dos personas. Una es Ángel López Obrero, que recién salido de la cárcel fue a vernos para darnos ánimos y consoló emotivamente a mi madre. Era un hombre extraordinario. La otra es doña Pilar Sarasola, que siguió la estela de su marido. Cuando mi padre podía comprar libros, los compraba. Si no podía, Rogelio se los dejaba y mi padre los leía con sumo cuidado, sin doblar apenas las hojas, para no estropearlos. Doña Pilar se portaba igual conmigo. Me trataba con el distanciamiento de la edad pero con el afecto de quien trata a un hijo. A Rogelio, que también había trabajo por la cultura en Córdoba con su imprenta y su revista, lo mataron un mes antes que a mi padre. Pilar Sarasola es para mí un ídolo, el ejemplo de que una persona cabal puede seguir siéndolo siempre, con miedo y sin miedo. En la trastienda tenía libros que estaban prohibidos.

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