Ventura Pons adapta 15 relatos de Quim Monzó en 'Mil cretinos'

Julieta Serrano, Edu Soto y Clara Segura participan en la película del barcelonés

Efe / Barcelona

21 de enero 2011 - 05:00

Después del éxito, hace 16 años, de El porqué de las cosas, el cineasta barcelonés Ventura Pons vuelve al mundo del escritor Quim Monzó para adaptar 15 relatos en su última película, Mil cretinos, ya que considera un "privilegio" contar en imágenes los textos del barcelonés.

Acompañado por parte del extenso elenco de actores del filme y por el mismo Quim Monzó, Pons presentó ayer en Barcelona su trabajo, que se estrenará oficialmente el 28 de enero y que ha dividido en tres partes diferentes.

Dos de ellas están centradas en la época actual y en la otra revisa seis cuentos históricos con situaciones y personajes como Guillermo Tell o Robin Hood.

Julieta Serrano, Francesc Orella, Santi Millán, Jordi Bosch, Edu Soto, Joel Joan, Clara Segura, Joan Borràs y Joan Crosas son algunos de los actores que dan vida a los diferentes personajes de unas historias (con un toque agridulce todas ellas) en las que no se obvian ni la estupidez humana ni el amor, el dolor, la vejez o la muerte.

Nueve de los episodios están basados en relatos del libro Mil cretinos, pero también los hay de El porqué de las cosas y de Olivetti, Moulinex, Chaffoteaux et Maury.

Pons recordó que empezó a pensar en este proyecto en el verano de 2009 y decidió que podría armar otra película basada en textos de Monzó, pero sin que tuviera nada que ver con El porqué de las cosas.

"La base de todo es el privilegio de poder contar las historias que nos ofrece Quim, que son impresionantes, y con unos actores maravillosos que se han entregado en cuerpo y alma", añadió el cineasta.

Monzó señaló que en los cuentos de Mil cretinos el tema de la vejez está muy presente, aunque no es el único que incluye: "Yo vivía una vida muy feliz hasta que me di cuenta de que tiene un final y que lo peor es el camino que debe seguirse para llegar a ese final, algo espeluznante".

Pons indicó que durante todo el proceso de grabación tuvo muy presente la estructura que debía tener la película, con las historias contemporáneas abriendo y cerrando la cinta y los cuentos históricos, muy teatrales y con un fondo de decorados parecido a las viejas películas de cine mudo, en medio.

En su opinión, "lo más importante de las películas es que las historias sean buenas: luego está cómo se explican, y finalmente quién las explica".

En este caso, subraya que ha querido centrarse en "la estupidez humana en la época contemporánea", especialmente al principio de la cinta.

Después ha repasado viejos cuentos y al final ha querido que fuera el autor de todas estos personajes y situaciones quien "se reencontrara con ellos".

La ciudad de Barcelona, como en la mayoría de sus 22 producciones, vuelve a ser protagonista, y tanto se puede ver en un día de nevada como con sus playas llenas, o sus calles del Ensanche en una noche oscura.

Reivindicando su papel de "resistente" en unos años en los que no era habitual rodar en catalán, el realizador se siente "muy contento" de que las cosas estén cambiando y de que haya películas catalanas reconocidas tanto en los mercados europeos como en los americanos.

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