Cultura

"Vamos a volver un poco a lo que éramos, a hacer un país más humilde"

  • La gaditana, que acaba de publicar una nueva entrega de su serie de novelas sobre Manolito Gafotas, afirma que "el humor siempre es necesario" y subraya la variedad de tendencias de la literatura española

La escritora Elvira Lindo (Cádiz, 1962) fue una de las protagonistas de la tercera jornada del festival Eutopía, que concluye hoy. La creadora de Manolito Gafotas, que acaba de publicar una nueva novela sobre este personaje (Mejor Manolo, Seix Barral), participó en el ciclo Conversaciones&Tweets junto al historietista Alfonso Zapico.

-¿Cuáles son los motivos del regreso del personaje, una década después de su última entrega, y cómo es este Manolito o ya Manolo?

-No hay un motivo claro, siempre pensé que haría algún libro más y me lo reclamaban los lectores. Los primeros lectores de Manolito no se habían olvidado de él y los niños de ahora lo siguen leyendo. Siempre pensé que cuando tuviera unos meses libres y un estado de ánimo especial, porque escribir humor lo requiere, me pondría con ello. Eso ocurrió el verano pasado y ha sido muy gratificante volver a un terreno muy conocido por mí y muy agradecido, porque es un personaje cuyo encanto reside en su gracia verbal. Una vez que ha salido el libro ha sido muy emocionante la respuesta de los lectores: me han escrito muchos, de España y otros países. He sentido un cariño muy sincero que para mí es la prueba de que Manolito ha formado parte de la educación sentimental de mucha gente. Que te lo digan es muy gratificante. Seix Barral no me imponía ningún corsé sobre el libro, así que lo he escrito sin ningún tipo de cortapisa. Es una novela que pertenece a una serie pero que se puede leer individualmente y es para todo el mundo.

-¿Cómo ha evolucionado Manolito y cómo ve el mundo?

-Él pertenece a una familia que siempre estuvo en crisis económica. El mundo ha evolucionado de tal manera que la crisis que ellos ya vivían se ha extendido y democratizado y mucha gente vive en la misma situación, incluso peor. No he tenido que inventarme una crisis especial para ellos. Lo que sí ocurre es que hace unos diez años había gente a la que le parecía una singularidad de la historia el hecho de que ellos estuvieran siempre mal económicamente y que se hablara de dinero. Y ahora lo que era chocante ha dejado de serlo.

-¿Cómo le va al Imbécil?

-Son tres hermanos y los dos pequeños tienen muy definida su vocación y muy claros los dones con los que han nacido. El Imbécil es un genio de la informática y su hermana, del show-business dentro de su propia casa. Son tres hermanos con una inteligencia muy especial, muy perspicaces. He hecho una familia de niños inteligentes y me gusta que sean así, cada uno con sus peculiaridades.

-¿Se plantea nuevas entregas de Manolito a partir de este libro? ¿Es una reactivación de la saga?

-No lo sé. Soy una persona inquieta, impaciente, no me gusta estar siempre en el mismo sitio. En estos días he ultimado un guión de cine, es el proyecto que tengo más próximo, y estoy pensando en una novela en la que el humor también será un elemento muy importante.

-Y muy necesario en estos tiempos...

-Yo creo que siempre. Cuando hicimos la presentación de este libro en Madrid, el librero me dijo que nunca habían tenido un público tan joven. Algunos de los asistentes contaron su experiencia en la lectura del personaje. Es curioso comprobar cómo Manolito, un niño que no tiene unas características heroicas, al contrario, al que muchas veces le cuesta ser escuchado, entendido y querido, siempre generó mucha empatía con niños y personas que necesitaban tener un compañero de viaje en las pequeñas dificultades que conlleva la vida. Creo que siempre ha sido consolador para el lector. El humor siempre es necesario.

-¿Le gustaría volver a verlo en el cine?

-No tengo mucho interés en eso. Fue un personaje que nació en la radio, si bien fue una experiencia pasajera aunque muy bonita para mí, y lo que han subsistido son los libros. La de la radio es una experiencia cerrada y la del cine, para mí, también. Es curioso, tanto que se habla de que los libros tienen que competir con otros géneros y medios... Aquí los que han salido triunfando son los libros.

-¿Cómo ve la literatura española en la actualidad?

-Es una literatura muy variada. Probablemente hay una tendencia, no sólo española, a la frialdad que no va exactamente con mi forma de escribir y que aprecio en algunos escritores que quieren estar a la moda o algo así. Yo creo que en realidad uno tiene que dejarse llevar por sus deseos literarios. Al fin y al cabo, este es un oficio raro, que nadie te pide, que haces porque quieres, en el que trabajas mucho pero que tiene que ver con una vocación artística. Un autor tiene que hacer aquello en lo que se sienta más a gusto. Este es un país de muchísimos escritores y tendencias.

-Usted vive parte del año fuera de España. ¿Cómo se ve este país desde fuera?

-Ahora, siempre que hablas con alguien de fuera, te das cuenta de que miran España con preocupación, pero también con una seguridad de que este país saldrá finalmente de esta crisis. España es un país atractivo para los extranjeros, complicado, apasionado pero finalmente atractivo. Nadie puede imaginar que España vaya a perpetuarse en una situación como la que estamos viviendo. Vamos a volver un poco a lo que éramos, a hacer un país más humilde, más modesto. Estos días pasados he estado en Lisboa y la sensación es que igual a ellos, los portugueses, les cuesta menos salir de la crisis porque no han tenido esa especie de pelotazo español tan engañoso y tan irreal y porque probablemente han sido más discretos y humildes que nosotros y se pueden adecuar mejor a una situación que para nosotros resulta más traumática. Creo que volveremos a ser un país más modesto, que no significa que no se vaya a disfrutar de la vida y a tener ese hedonismo que define a los españoles. A lo mejor ese vivir bien tiene más que ver con las costumbres que hemos tenido siempre que con otras que se fueron adoptando y que eran un poco de nuevos ricos. Por otro lado, tenemos que luchar, protestar y reivindicar nuestros derechos, los que legítimamente nos pertenecían y de alguna manera quieren arrebatarnos.

-¿Qué supone para usted Andalucía?

-Mucha cercanía. España es un país curioso, pequeño pero de muchísimos contrastes, acentos, lenguas... Tiene una riqueza y una variedad asombrosas. A mí me resulta complicado decirle a un extranjero qué es lo que tiene que ver, comer o escuchar en España porque la variedad es enorme. Yo estoy muy familiarizada con el país en general, quizá porque tuve una infancia muy nómada. No vivo en Andalucía pero tengo muchos vínculos con ella: nací en Cádiz, mi marido es de Jaén, mi padre era de Málaga... Forma parte de mi vida, mi educación, mi cultura... Cuando más me alejo, más cerca la siento.

-¿Conoce los Patios de Córdoba?

-Conozco algunos pero la verdad es que me gustaría venir a Córdoba no para trabajar sino para pasear, comer, disfrutar... Es una ciudad de una belleza que sobrecoge. Tengo que venir tranquilamente a los Patios.

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