Tobalina y Barrueco dialogan con la Orquesta entre Córdoba y Grecia

Tobalina y Barrueco (dos guitarristas, dos sensibilidades, dos rotundos exploradores del instrumento) proponen esta noche en el Gran Teatro (22:00) una singular travesía musical en el tradicional concierto para guitarra y orquesta de cada año. El vasco interpretará, en la primera parte y en estreno absoluto, la obra de Juan de Dios García Aguilera Rosa del Alcázar, mientras que el cubano cerrará la velada con su versión de Medea de Manolo Sanlúcar. El programa se completa con Paso a cuatro de Pablo Sorozábal y Llanto a Manolete de Jesús García Leoz, también con la guitarra de Tobalina. La Orquesta de Córdoba actuará bajo la batuta de José Luis Temes, su principal director invitado.

García Aguilera se suma a Tomás Marco y David del Puerto en la relación de compositores que han aportado una obra de encargo al festival en su historia reciente. El Concierto nº 2 para guitarra y orquesta 'Rosa del Alcázar' constituye, según su autor, "un homenaje a los jardines, los patios y las zonas verdes de Córdoba", una obra que intenta retratar musicalmente "el carácter cordobés: hedonista, reflexivo sensual". García Aguilera transmite sensaciones y estados de ánimo a partir del desarrollo de un programa expresivo simbólico que adopta un inicio de lentitud para ir ganando ritmo e intensidad. La parte central se define por el movimiento rápido y la pulsación métrica regular. En la conclusión se invoca nuevamente el remanso.

Es una música "pensada para agradar al público", señaló ayer García Aguilera, que a la hora de componer la obra tuvo como referencia más evidente Noches en los jardines de España de Manuel de Falla y que ha prestado especial atención en este trabajo a los mecanismos de integración entre el instrumento solista y la formación orquestal.

Rosa del Alcázar destaca, apuntó Eugenio Tobalina, por su capacidad para "condensar contrarios", con "armonías tenebrosas que desembocan en acordes luminosos" y "atmósferas contemplativas" que contrastan con "partes muy rítmicas". García Aguilera, explicó el guitarrista, desarrolla un "lenguaje moderno pero no especulativo" que se caracteriza por su "deseo de comunicarse con el público". Una obra que "merece estar en el repertorio para guitarra", si bien tanto el compositor como el intérprete advierten de que eso no es fácil. "La música clásica está desapareciendo de casi todos los aspectos de la vida, sobre todo de la prensa", lamentó García Aguilera, que además constata que la presencia de obras con solista "ha descendido en las programaciones de las orquestas españolas". "La difusión de la música clásica es muy complicada. Competimos demasiado con Mozart y Beethoven", apuntó el madrileño de adopción cordobesa, que es el director del Conservatorio Superior de Música Rafael Orozco. "Y en el caso de la guitarra, con Aranjuez", añadió Tobalina, "una obra tan maravillosa que eclipsa los demás trabajos para guitarra y orquesta". García Aguilera sugirió que el festival se implique en la promoción de estas obras de encargo grabándolas en CD.

Para Manuel Barrueco, presente un año más en la convocatoria del festival, escuchar Medea supuso "un descubrimiento" que le abrió las puertas de una nueva dimensión de la belleza musical. Y pidió permiso a Sanlúcar para intervenir en ella. El resultado es una versión más corta que incide en los fragmentos de protagonismo guitarrístico, prescinde de la guitarra de acompañamiento e intenta alcanzar la misma cima de belleza a través de un proceso de indagación estética que un amigo del cubano resumió con gracia: "flamenco vestido de frac". Sanlúcar creó esta obra en 1984 para el Ballet Nacional de España, con coreografía de José Granero. La propuesta de Barrueco quedó registrada en CD el pasado año con la Sinfónica de Tenerife.

Al caudal de talento de la velada se suma Temes, de quien el teniente de alcalde de Cultura, Juan Miguel Moreno Calderón, subrayó su "labor de recuperación de música española desconocida" y su capacidad para "la interpretación de la música actual".