Artes escénicas

'Susan y el diablo' reflexiona en el Gran Teatro sobre la justicia a través de una asesina de la Familia Manson

  • María José Goyanes encabeza el reparto de la obra del cordobés Chema Cardeña

Una escena de 'Susan y el diablo'.

Una escena de 'Susan y el diablo'. / Vanessa Rabade

El Gran Teatro acoge este sábado Susan y el diablo, obra escrita y dirigida por Chema Cardeña, con un reparto encabezado por María José Goyanes, que interpreta a Susan Atkins, miembro de la Familia Manson y asesina de la actriz Sharon Tate. La acompañan Manuel Valls, en el papel de Paul Wilkins, periodista que entrevistó a la condenada en la cárcel, y Marisa Lahoz, que encarna a una carcelera de la prisión.

El 9 de agosto de 1969, cuatro miembros de la banda criminal nacida como comuna hippie -creada en su momento por Charles Manson, un visionario trastornado y devoto del sexo y las drogas- protagonizaron una masacre cruel y salvaje que conmocionó a la sociedad del momento.

De madrugada, entraron en una casa de Cielo Drive, en Los Ángeles, donde se encontraba Sharon Tate, de 26 años, esposa del cineasta Roman Polanski y embarazada de ocho meses, acompañada en aquel momento por unos amigos. Los asaltantes mataron a las cinco personas presentes en aquella casa en una espeluznante orgía de sangre.

Todavía hoy se recuerda con un escalofrío la puerta de Cielo Drive manchada con la palabra pigs (cerdos) escrita con sangre de las víctimas por Susan Atkins. Los asesinos fueron detenidos y condenados a cadena perpetua por aquellos crímenes y por los del matrimonio LaBianca, que también perdieron la vida en su domicilio de forma brutal y sádica la noche siguiente.

Chema Cardeña, cordobés del Campo de la Verdad aunque afincado en Valencia desde muy joven, centra su obra en la entrevista que en 2008 un periodista del diario sensacionalista Black Star realiza a Susan Atkins en la prisión de La Frontera. Durante algo más de una hora, Paul Wilkins interactúa con la reclusa que, tras 40 años en la cárcel y 14 tentativas de obtener la libertad condicional, trata de convencer al Tribunal, una vez más, para que se la concedan.

Un cáncer terminal está acabando con su vida y su mayor deseo es poder morir fuera de la prisión. Durante la entrevista, Atkins, bautizada por Manson en la comuna como Sexie Sadie, recuerda su terrible pasado, habla de su redención y descubre un terrible secreto que ligará su vida a la del periodista para siempre.

Susan y el diablo utiliza la figura de la famosa asesina y su conversación con el periodista para plantear "dilemas morales" al público, según el autor de la obra y director del montaje. Su intención es "hacer reflexionar a los espectadores sobre la justicia, sobre el sistema penitenciario, sobre hasta qué punto el castigo sirve como reinserción y sobre el alcance de la justicia y la venganza, que son cosas distintas", explica Chema Cardeña. Con esta historia, dice, "pretendo hablar de si tiene sentido condenar a una persona a cadena perpetua y si, después de 40 años, cuando pide salir para morir en su casa, el sistema debe ser compasivo con ella".

Por su parte, María José Goyanes, que encargó la obra a Cardeña, señala que meterse en la piel de la asesina ha requerido "un trabajo muy interior y muy duro". "Cuando asumes hacer un personaje eres ese personaje, de algún modo. Me tiro sin red", incide. Y añade que a pesar de que ha tenido momentos en los que le costaba "encarnar una cosa tan bestia y tan fuerte" también siente "piedad" por Atkins.

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