Rompiendo barreras con su genuino arte

Tomasito, en su concierto.
Tomasito, en su concierto.
Baldomero Pardo

23 de junio 2014 - 05:00

Tomasito. 'Azalvajao'. Cante: Tomasito y cuarteto. Fecha: domingo 22 de junio. Lugar: plaza del Potro. Lleno.

Nos encontramos en la plaza del Potro con Tomás Moreno Tomasito, un bulearero de rompe y rasga como se corresponde con un oriundo del jerezano barrio de Santiago, que la emprendió con el cante y el baile de reunión en cuarto festero, con humor, chufla e incluida denuncia de la xenofobia, sin complejos, aportando original talante además de talento. Es su marchamo, sin olvidarnos de que su currículo está adornado con conocimientos mamados y los que dan las tablas que, como cantaor atrás mucho tiempo, ha cosechado. Rentables haberes que sostienen todo lo que hoy por hoy viene exhibiendo -cuando llegamos al Potro ya estaba despojado de la camisa, y eso que alguna brisa fresca corría- y que un gran número de seguidores, esparcidos a lo largo y ancho de la rosa de los vientos, sabe valorarle.

No obstante, sintiéndose él más bailaor de nativitate que cantaor, no parará de ir de un lado para otro del escenario, rompedor y con el arrojo que ha menester para acometer sus recitales y actuaciones -caso del Azalvajao que nos trajo, reconocido hace unos días en Madrid con el premio de la música independiente-, atreviéndose con el repertorio plasmado en el álbum recién registrado, para colocar su hito en la fiesta que allí se desarrollaba. Rumbas, tangos, bulerías y muchas otras salidas, con el ritmo imprescindible para formarla, porque Tomasito lo puede dar todo, incluso ojana.

Una Noche Blanca que, como en anteriores años, va adquiriendo carta de naturaleza para el arte que por estos pagos priva, del epicentro que desata el flamenco con mayúscula, aunque luego sienta un eclecticismo benevolente sutil.

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