Cultura

Rolling Stones: un banquete de rock

  • Se cumplen 40 años de la edición de 'Beggars' banquet', el disco que supuso la vuelta de la banda a sus orígenes en el mundo del blues y que se convirtió en el último trabajo real del legendario guitarrista de la banda Brian Jones

Corría diciembre de 1968, hace ahora cuarenta años, cuando tras la edición del disco The white album, de The Beatles, el público de rock inglés ya pensaba que el final de los Rolling Stones estaba cerca por sus problemas con la ley y las drogas y el desastre musical que había sido su anterior disco, el psicodélico y experimental Their Satanic Majesties' request. Mick Jagger, Keith Richards y Brian Jones habían pasado unos días en la cárcel en 1967 al ser sorprendidos en posesión de hachís y la crítica pensaba que la banda estaba seriamente tocada. Por eso, cuando primero apareció el single Jumpin' Jack Flash y luego el LP Beggars' banquet (El banquete de los mendigos), los seguidores de la banda recibieron un puñetazo en toda la cara. Era rock puro y duro.

El disco, que supuso el retorno de los Rolling Stones a sus raíces, es decir, al rhythm & blues y la música negra, era vital, salvaje y divertido. Todo lo contrario del trabajo anterior, en el que la banda parecía haberse perdido en una pesadilla de LSD. Los Stones se despachaban ahora a gusto con una obra seria y muy bien cuidada. Se acabaron los experimentos. De ahora en adelante se dedicarían a lo que mejor sabían hacer: rock. De ahí que Beggars' banquet esté considerado como uno de los discos imprescindibles de los Rolling Stones. El LP significaba, también, el comienzo de la colaboración entre los Rolling Stones y el productor Jimmy Miller después de que, durante las sesiones de grabación de Their Satanic Majesties' request, la banda hubiera despedido al que fuera su mánager y productor desde los orígenes, Andrew Loog Oldham. "Necesitamos un productor. Un productor norteamericano", le diría Mick Jagger al ingeniero de sonido Glyn Johns. "Yo conozco uno que está aquí al lado", le dijo Johns. Era Miller, quien acababa de producir al grupo Traffic. Jagger le hizo el ofrecimiento y Miller aceptó. Estaría con la banda hasta 1973. Beggars' banquet supuso la recuperación musical de los Rolling Stones, pero también el principio del fin del guitarrista Brian Jones, absolutamente descontrolado por el abuso de drogas y de alcohol. De hecho, éste sería el último trabajo en el que participaría. Se pasó la mayor parte de las sesiones sin aparecer o, cuando lo hacía, se encontraba en tal estado de deterioro mental y físico que era más un estorbo que un músico. Sin embargo, en sus momentos de lucidez, dejó su impronta más genial en algunos temas.

Los trabajos de grabación del disco comenzaron en febrero de 1968 en casa de Keith Richards. Ahí se pergeñaron las primeras maquetas del disco. Luego, el 15 de marzo, el grupo entró en los Olympic Studios de Londres para darle forma a aquellas ideas. Su horario de trabajo era desde las ocho de la tarde hasta las siete de la mañana del día siguiente. Los tres Stones más activos, Mick Jagger, Keith Richards y el batería, Charlie Watts, vivirían prácticamente allí durante meses. Bill Wyman ya comenzaba a estar distanciado de la banda y fue suplido al bajo en muchos temas por el propio Keith Richards. Jagger, por su parte, se vio obligado a aprender a tocar la guitarra ante las ausencias de Brian Jones.

En sesiones maratonianas de grabación se registraron canciones como Jumpin' Jack Flash, Rock me baby, Hold on, I'm coming, My home is a prison, No expectations y Stray cat blues. Sólo los dos últimos temas entrarían en el disco. También se grabó Did everybody paid their dues?, que posteriormente se transformaría en Street fighting man. Y se grabó de una curiosa forma: en lugar de utilizar guitarras eléctricas, Keith Richards grabó sus guitarras acústicas en una grabadora de cassette que luego se amplificó en el estudio. Charlie Watts, por su lado, hizo su parte con una batería de juguete.

Las sesiones fueron muy efectivas. El documental One plus one, de Jean Luc Godard, las registró y en él se puede apreciar la evolución de muchos de los temas: la brutal Sympathy for the devil, que abriría el disco, había comenzado siendo una canción folk que fue transformándose en una samba brasileña por inspiración de Keith Richards, que veía en ese ritmo latino cierta asociación con el vudú y con el espíritu de la canción.

Tras varios meses de trabajo, la grabación concluyó el 28 de junio de 1968. El disco se abría con Sympathy for the devil, a la que seguía el blues lento y acústico de No expectations, con Brian Jones tocando el slide. Le seguía un tema country e irónico llamado Dear doctor, el potente blues acústico de Parachute woman y una canción al estilo Bob Dylan: Jigsaw puzzle. La cara B arrancaba con Street fighting man, una pieza que hablaba de revueltas callejeras y que sería censurada en Estados Unidos. Prodigal son era otro retorno al blues y Stray cat blues era el tema más eléctrico de todo el disco. Factory girl era otro tema acústico que dejaba allanado el camino a The salt of the Earth, un tema que incluía a un coro de gospel y que era una reivindicación social stoniana.

Para calentar los ánimos, el grupo publicó como single Jumpin' Jack flash/Child of the moon, que entró directamente al número 1 de las listas inglesas. Todo estaba preparado para la edición del disco el 26 de julio de 1968, coincidiendo con el cumpleaños de Mick Jagger.

Pero hubo un contratiempo: Decca, el sello del grupo, se negó a publicar el trabajo con la portada que el grupo había elegido: la foto de un retrete público lleno de graffitis obscenos. Había sido idea de Jagger, Keith Richards y la novia de éste, Anita Pallenberg. Decca se negaba en redondo a publicar una foto así. Después, tras meses de discusiones y tiras y aflojas, el grupo optó por una portada absolutamente simple en la que, a modo de tarjeta de invitación, aparecía el nombre del grupo y el título del disco. Sin fotos, sin alusiones, sin nada más, excepto con la inscripción R.S.V.P. (Se ruega confirmación, en las iniciales inglesas). Era una invitación formal a todo un banquete de pordioseros o, lo que es más, una invitación en toda regla a todo un banquete de rock de los Rolling Stones.

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