Rivera triunfa y Talavante torea
Finito enfada al público lucentino y se lleva una bronca en su segundo debido a su inhibición y falta de compromiso. El pacense logra los compases más lucidos de la tarde, con muletazos ajustados
GANADERÍA: Toros de Salvador Domecq, aceptables de presentación. De juego desigual destacando 2º y 3º. TOREROS: Juan Serrano 'Finito de Córdoba', pinchazo hondo y dos descabellos (silencio); y dos pinchazos y siete descabellos (bronca). Francisco Rivera Ordóñez, pinchazo y dos descabellos (una oreja); y estocada y descabello (dos orejas). Alejandro Talavante, dos pinchazos, media y un descabello (una oreja); y tres pinchazos y un descabello (ovación tras petición). INCIDENCIAS: Plaza de toros de Lucena. Segunda y última corrida de toros de la Feria de la Virgen del Valle. Algo más de media entrada en tarde de agradable temperatura.
Rivera Ordóñez consiguió ayer abrir la Puerta de Córdoba del Coso de los Donceles de Lucena en una tarde en la que resultó triunfador tras cortar tres orejas. Triunfo logrado a base de ganas y entrega, que encontró rápidamente la repuesta de un público especialmente predispuesto, sobre todo el femenino. Aunque el toreo sea otra cosa, al mayor de los Rivera no se le puede hacer ningún reproche. Hace todo lo que sabe y además intenta hacerlo bien. Lo malo es que su toreo no tiene la calidad suficiente para complacer a todos los públicos sin excepción. Valiente con el capote, hasta con tres largas cambiadas de rodillas recibió a su primero; muy discreto en banderillas y con la tela roja, espeso y despegado. Desde el punto artístico mejor en su primero, donde cuajó muletazos templados aunque con la pega de andar siempre fuera de los terrenos de compromiso. En su segundo, un toro con embestida incierta y brusca, se fajó y a base de mucho consentir a su oponente cuajó un trasteo muy aplaudido por los tendidos de sol y que como principal aval fueron las ganas de gustar. Certero con los aceros cortó dos generosas orejas.
Alejandro Talavante tiene un aire cambiado. El extremeño vuelve a tener ilusión en la cara del toro. Su ruptura con su apoderado le ha venido bien al hombre y con ello al torero. Talavante basa su tauromaquia en la quietud y así fueron los recibos de capote a sus dos oponentes, a la vez que variados. Pero donde Talavante pone a todos de acuerdo es con la muleta. Faenas que sin resultar redondas tuvieron personalidad y mucha verdad. Talavante se está quieto como un poste. Pisa un terreno de mucho compromiso y cuando consigue ligar los muletazos poniendo a todos de acuerdo. Destacar una serie en su primero, donde sin rectificar el terreno que pisaba, ligó naturales y de pecho de mucho temple y verdad. Fue el momento más cumbre de toda la tarde.
Y Finito. Ay Finito. Pues consiguió un recibo de capote en su primero que hizo albergar las mejores esperanzas. Hubo dos buenas verónicas y una media acoplada. Pero ahí quedó la cosa. Con este primero trazó líneas con la muleta sin ajuste. Sólo dejó algún muletazo suelto de calidad. Con el segundo, ni se justificó y se llevó la bronca. Natural.
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