Raíces de los Obama, sombras de Mozambique

Branwen Okpako y Licínio Azevedo presentan en el certamen 'The education of Auma Obama' y 'Virgem Margarida'

Okpako, con el micrófono, y Azevedo, segundo por la izquierda, en el encuentro de ayer.
Alfredo Asensi / Córdoba

16 de octubre 2012 - 05:00

En la vasta agenda de actividades del Festival de Cine Africano, el apartado Aperitivos de cine ofrece la oportunidad de intercambiar impresiones sobre las películas participantes de una manera informal, con posible acompañamiento de bebida y tapa y la participación de algunos de los directores protagonistas de esta novena edición. La nigeriana Branwen Okpako y el brasileño Licínio Azevedo fueron ayer dos de los asistentes a la primera entrega de estos aperitivos, que se celebran en el bar O Mundo de Alicia. Okpako compite en la sección de documentales con una cinta centrada en Auma Obama, hermana por parte de padre del presidente de Estados Unidos, mientras que Azevedo es uno de los aspirantes a ganar el premio al mejor largometraje con Virgem Margarida, ambientado en el Mozambique de 1975, recién obtenida la independencia.

Okpako se planteó contar en The education of Auma Obama "la historia de la generación de africanos que es hija de la que hizo la independencia". Una generación "que ha empezado a viajar, a estudiar fuera", y a través de la cual la realizadora se pregunta "qué tipo de africanos somos hoy en día". La identidad y la herencia cultural son dos de los temas de un filme que establece un paralelismo entre el proceso de elección de Obama como presidente de EEUU y la figura de Auma, activista de los derechos humanos y a quien la directora conoció cuando estudiaba en Berlín. Una película con un "fuerte compromiso político" que muestra las "influencias occidentales" que hoy se observan en el continente africano.

La propuesta de Azevedo es muy distinta: una historia basada en hechos reales (y en un documental anterior suyo) en el Mozambique que estrena su independencia en 1975. El gobierno revolucionario quiere borrar las huellas del colonialismo y organiza unos campos de reeducación para que las prostitutas se conviertan en nuevas mujeres. "Es más un drama humano que un filme político", indicó el realizador, que trata aquí cuestiones "incómodas" en un país a cuyo gobierno "no le gusta que se hable del pasado". La retórica de la liberación y la dura experiencia del sometimiento conviven en un relato cuyo dramatismo, por momentos muy intenso, queda atenuado por el humor.

Otra protagonista en la jornada de ayer fue la exvicepresidenta del Gobierno María Teresa Fernández de la Vega, que anunció que la Fundación Mujeres por África, presidida por ella, entregará el premio a la mejor interpretación femenina, dotado con 2.500 euros, y un proyecto conjunto con el Festival de Cine Africano para que el certamen celebre a partir de la próxima edición un encuentro entre cineastas españolas y africanas.

La Filmoteca acogió, entre otras cintas, la proyección de la película libanesa Yamo, de Rami Nihawi, que supuso el arranque de la nueva sección oficial no competitiva Panarábica, creada como un guiño a la historia de Córdoba y que dedica una mirada especial a los cines del Medio Oriente. También ayer comenzó la retrospectiva Argelia, 50 años de historia y cine.

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