Cultura

Los premios Max reconocen a Olga Pericet, Lluís Homar y Blanca Portillo

  • Rosa María Sardá recoge el galardón de honor e Israel Galván el de mejor bailarín 'Cuando deje de llover' consigue el de mejor espectáculo de teatro y mejor dirección de escena

La cordobesa Olga Pericet por su espectáculo Pisadas, Blanca Portillo por su papel en El testamento de María, Lluís Homar por el espectáculo Terra baixa i LLuís Homar y la obra Cuando deje de llover fueron algunos de los galardonados en las principales categorías ayer en la gala de los Premios Max, que se celebraron en Barcelona.

En una edición que concedía el galardón por la contribución a las artes escénicas a la Bienal de Sevilla, los Max pusieron de manifiesto el excelente momento que vive el flamenco: el sevillano Israel Galván, por Fla.co.men, y la cordobesa Olga Pericet, por Pisadas, se hicieron con las distinciones a los mejores bailarines principales, mientras que la malagueña Rocío Molina fue reconocida en la categoría de mejor coreografía por Bosque Ardora.

De los tres fue Molina, que era la gran favorita con las cuatro candidaturas a su Bosque Ardora, la que más tiempo habló sobre el escenario de la sala BARTS de la Ciudad Condal, donde se celebró la gala de los premios otorgados por la Fundación Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). Frente a un cohibido Galván que apenas pronunció palabra y una Pericet ausente por compromisos de trabajo, Molina agradeció la "valentía" de un equipo con el que se había adentrado en "terrenos que yo tampoco conocía del todo" y dedicó su manzana a "los que me han criticado o no entienden lo que hago", dijo una creadora que admitió crecerse en la "adversidad" y que eligió los callos en los pies causados por el trabajo, que son "verdaderos", antes que "un premio, que puede ser casual, o el aplauso, que puede ser temporal".

La periodista Rosana Torres, muy aplaudida, glosó los méritos de la Bienal y su contribución a la dignificación del hecho flamenco y a la promoción de sus artistas en el territorio andaluz; y el director de la cita, Cristóbal Ortega, agradeció el apoyo del Ayuntamiento y de todo su equipo por su ilusión y trabajo; también resaltó su admiración a los anteriores directores que han hecho grande la Bienal.

Por lo demás, la ceremonia, que también galardonó a otro andaluz, el malagueño Pepón Nieto por su lucido papel en El eunuco, premiado como mejor actor de reparto, coronó Cuando deje de llover como el mejor espectáculo teatral del año. La producción del Teatro Español se alzó asimismo con los reconocimientos a la dirección de escena a Julián Fuentes Reta, y a la mejor actriz de reparto para la veterana Susi Sánchez. Otro de los montajes más celebrados del año, El triángulo azul, se impuso en los apartados de mejor autoría teatral (Laia Ripoll y Mariano Llorente) y espacio escénico (Arturo Martín Burgos).

La gala, que recordó a las grandes actrices de la escena a lo largo de las últimas décadas, otorgó el Max de Honor a Rosa María Sardá. "Los jóvenes se preguntarán qué ha hecho esta señora para merecer este honor. Yo también, aunque he llegado a una conclusión: algo tendrá el agua cuando la bendicen", dijo Sardá, que se dirigió en su discurso a "nuestros gobernantes", a los que quiso regalar "una buena butifarra, para que les aproveche durante las largas vacaciones, que espero que tengan pronto".

Lluís Homar ganó el Premio Max al mejor actor protagonista por el espectáculo Terra baixa i LLuís Homar e hizo referencia al mensaje de la obra: "Todos tenemos dentro un lobo bueno y un lobo malo" y "al final gana el que uno más alimenta".

Blanca Portillo consiguió el de mejor actriz protagonista por El testamento de María, el monólogo de Colm Tóibin que dirige Agustí Villaronga, y se acordó de las mujeres que "luchan en silencio" y del público, "que está por encima de oscurantismos, de leyes absurdas", antes de acabar con un sonoro "Que les den".

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