Cultura

Los efebos de Pedro Abad refuerzan la dimensión del patrimonio andaluz

  • Las piezas llegan al Museo Arqueológico, donde serán restauradas, investigadas y exhibidas · La más pequeña tiene rasgos dionisiacos y la mayor, de esencia apolínea, acusa la influencia de modelos griegos

Las dos estatuas de bronce del siglo I d. C. que, procedentes de un expolio en las cercanías de Pedro Abad, han sido recuperadas en los últimos días por la Policía Nacional llegaron ayer al Museo Arqueológico de Córdoba, donde serán restauradas y en cuyos fondos, previsiblemente, se integrarán. El hallazgo de estos dos efebos "excepcionales" supone para Andalucía un engrandecimiento de su patrimonio arqueológico, según señaló el consejero de Cultura de la Junta, Paulino Plata, que presentó las piezas en el museo acompañado por el equipo de arqueólogos que colaboró con la Policía en la operación. Sólo se conocen nueve esculturas de este tipo, tres de las cuales (el Efebo de Antequera y estas dos) han aparecido "en territorio de la antigua Bética romana, en un radio de unos 100 kilómetros", circunstancia que "pone de manifiesto" la relevancia de esta zona "en aquella época".

Otros detalles aportados ayer contribuyen a potenciar el alcance del hallazgo. No carece de importancia, señaló uno de los arqueólogos, Maudilio Moreno, el hecho de que hayan sido recuperadas las dos estatuas juntas. De haber llegado al mercado negro, quizá por separado, es posible que nunca se hubiera conocido su verdadero origen. Por otra parte, son dos piezas que "abren nuevas líneas de investigación sobre las esculturas en bronce" realizadas en la península. Para María Jesús Moreno, jefa del departamento de conservación del Museo Arqueológico, estos efebos suponen el mejor regalo para el centro cuando se cumple un año de la inauguración de su edificio nuevo. Además, refuerza "el discurso sobre el territorio" de esta institución. Dos "joyas arqueológicas" de un material del que "es difícil encontrar" piezas y que en breve estarán "a disposición del público".

Sobre el origen exacto aún hay cuestiones que precisar. El arqueólogo Alejandro Ibáñez explicó que la adscripción al yacimiento de Alcurrucén fue realizada "por el señor que las encontró", pero hay posibilidades de que fueran halladas en una zona cercana. Las pruebas a las que las esculturas van a ser sometidas en los próximos días ayudarán a esclarecer este punto.

Entre los expertos que acompañaron al consejero estaba Pedro Rodríguez Oliva, catedrático de Arqueología de la Universidad de Málaga y gran experto en el Efebo de Antequera, con el que la pieza más pequeña (130 centímetros de altura, la otra mide 150) comparte numerosos rasgos. El especialista no disimuló su emoción por la magnitud de un hallazgo que comparó con el de la Dama de Baza (en 1970). Es la primera vez, indicó, que en el territorio del antiguo Imperio Romano aparecen dos efebos juntos (los de Pompeya fueron hallados en sitios y épocas distintos). Las primeras investigaciones apuntan a que pertenecían a la casa de campo (cerca de la ciudad de Sacili Martialium) de "un potentado". Estas estatuas eran conocidas como "sirvientes mudos". Se utilizaban en las casas a la hora de la comida (a última hora del día, por lo que había poca luz). Muchas de ellas eran utilizadas como "portalámparas", con lucernas escondidas en las manos, huella que se observa en uno de estos efebos. "Se confundían con los sirvientes en el banquete", ilustró Rodríguez Oliva.

En la corona del más pequeño están "la vid y la hiedra, símbolos dionisiacos" que refuerzan su conexión con el concepto de banquete. En el mayor se observa la "inspiración" de modelos griegos del siglo V a. C. cuyo principal referente es Policleto, experto en la representación de "jóvenes vencedores de los juegos atléticos". Es una figura de esencia apolínea que contrasta con el carácter dionisiaco de su compañero. De aquí puede colegirse el "nivel cultural elevado" de su propietario original. Las restauraciones y los estudios próximos permitirán obtener una valoración más exacta de estos aspectos.

Las estatuas fueron recuperadas por la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Jaén. Las investigaciones comenzaron el pasado enero, cuando la Policía tuvo conocimiento de que se había producido un importante expolio en el yacimiento de Alcurrucén. Hay un detenido (el dueño de la finca donde estaban los efebos) y dos imputados y la operación sigue abierta con objeto de localizar al comprador, de nacionalidad italiana.

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