Pastori en el belén
Fecha: miércoles 22 de diciembre. Lugar: Gran Teatro. Lleno.
Esta Pastori que ya no es tan niña, y a la que tutean desde las butacas al grito de "María", tuvo la suerte de compartir con los cordobeses la fecha más cercana posible a la Navidad de cuantas pudiera imaginar. La víspera de Nochebuena Niña Pastori llenó el Gran Teatro con la promesa de brindar por la Navidad a base de villancicos. El resultado fue brillante y sentimental, íntimo en algunos momentos y festivo en su mayor parte, con los ingredientes propios de las fechas y un público diverso y agradecido que disfrutó de la noche de principio a fin.
El concierto emulaba las fiestas familiares de clave gitana. Por momentos evocaba las andanzas de los campanilleros o guiñaba a los coros de vivencias vecinales… Pastori se agarró al corazón para tejer un repertorio en el que brillaron villancicos populares y otros menos conocidos, amén de mucha fiesta y recuerdos entrañables como Yo vengo del monte, que su madre le cantaba cuando era pequeña. Desde su aparición en el escenario sin más cobertura que su propia voz, encandilando a la parroquia que ponía acentos de "olé" como quien pone ribetes de oro, María se mostró cercana y cómoda, al punto de hacer confesiones al público, como que ya se temía, tras años de ausencia en los escenarios cordobeses, que por aquí no la quisieran. También contó sin aburrir cómo Córdoba fue una ciudad crucial para sus ilusiones cuando, en un momento de mil dudas, el público la arropó de tal manera que todo tuvo sentido de pronto y su carrera se fue consolidando, no sin los miedos de rigor.
En lo musical, la fiesta fue completa. Un acompañamiento que emulaba el corrillo gitano propio de estas fiestas, encabezado por Chaboli, su marido y productor, desarrolló para ella un animado compás en el que todos los instrumentos acabaron teniendo su momento de gloria para a la postre siempre dar a María un sitio de lujo con el que encantar gracias a su voz. No faltó el baile , de la mano de Claudia Cruz, ni un vistoso fin de fiesta en el que también participó el público. Antes, melodías tradicionales como las de Noche de paz, Los campanilleros, Dicen los pastores o Blanca Navidad se habían entrecruzado con otras menos conocidas que no por ello resultaron ajenas a un patio de butacas deseoso de compartir con ella esos trocitos de Navidad.
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