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El público acudió al Gran Teatro el pasado domingo y ocupó todas sus localidades para ver Pagagnini. La compañía Yllana, responsable de la producción y especialista en teatro gestual, junto con la aportación del maestro Ara Malikian y sus compañeros de escena, conforman un cuarteto de cuerda en el que un repertorio clásico, con piezas musicales de Falla, Boccherini, Pachebel y Mozart entre otros, se convierte en algo más que un concierto donde el espectador acude sólo a escuchar. La música en manos de estos cuatro maestros de la interpretación es el vehículo que los conduce por situaciones llenas de comicidad, provocando la respuesta y la participación activa del público asistente.
La puesta en escena es impecable. Todo el espectáculo es una partitura en su justa medida, algo imprescindible para la comedia. Los elementos, la escenografía y la iluminación se usan para reforzar los gags creados por los músicos-actores. Su trabajo corporal y los diversos estilos musicales que interpretan transforman el concierto en un espectáculo lleno de energía que entusiasma al espectador y arranca su aplauso. La unión de dos lenguajes universales como la música y el gesto convierte esta creación en algo digno de apreciar.
Pagagnini, producción apta para todas las edades, ha sido incluida por Gran Teatro en su ciclo ¡Vamos al Teatro!, programa dirigido al publico infantil. Si su intención es fomentar el teatro entre l@s más pequeñ@s, les felicito. No cabe duda de que este espectáculo logra crear afición y hábito por acudir a ver representaciones. Es una lástima que no se hayan destinado funciones para el público adulto que necesita reconciliarse con el teatro.
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