Ozon triunfa en un Festival de San Sebastián con sabor español

Trueba es elegido mejor director por 'El artista y la modelo', Berger consigue dos premios para 'Blancanieves' y Rebollo y Sacristán ven reconocida su labor en 'El muerto y ser feliz'

François Ozon, anoche con su Concha de Oro a la mejor película.
François Ozon, anoche con su Concha de Oro a la mejor película.
M. S. Cardiel (Efe) / San Sebastián

30 de septiembre 2012 - 05:00

Por una vez, ganó la favorita. Francois Ozon se hizo anoche con la Concha de Oro y el premio al guión en la 60 edición del Festival de Cine de San Sebastián con su comedia Dans la maison (En la casa), dejando hueco para la Blancanieves de Pablo Berger y Conchas de Plata para Fernando Trueba y José Sacristán.

A la tercera fue la vencida para el cineasta francés, que tras presentar Bajo la arena y Mi refugio, triunfó en San Sebastián con Dans la maison, una apuesta del jurado, presidido por Christine Vachon, por la ligereza impecablemente entramada de este filme que se basa en la obra de teatro de Juan Mayorga El chico de la última fila.

Ozon recogió el máximo premio del certamen con tono combativo, al recordar que "en períodos de crisis no hay que atacar la cultura, es una mala idea". "Así no vamos a resolver la crisis. Esta película habla del amor del cine y la necesidad del cine, el mundo también necesita cine español", exclamó.

Brillante juego intelectual entre un maestro y su alumno, interpretada de manera exquisita por Fabrice Luchini y Kristin Scott Thomas, Dans la maison llegaba avalada por el premio de la crítica internacional en Toronto, y en San Sebastián también conquistó a los expertos, además de al público y al jurado.

Pero esta séptima Concha de Oro para el cine francés abría, como decía Ozon en su discurso, espacio al cine español, el cual, sin necesidad de tener privilegios por jugar en casa, se había situado entre lo más destacable de las 14 cintas a concurso. Blancanieves, la única que parecía capaz de ensombrecer a Ozon, dejó patente su poder de seducción con su adaptación torera, muda y en blanco y negro del cuento clásico de los hermanos Grimm al recibir dos galardones.

El premio especial del jurado, recogido por Berger, y la Concha de Plata a la mejor actriz la convirtieron en la vencedora moral de esta edición, durante la que fue designada para representar a España en los premios Oscar. Pero la ganadora no fue Maribel Verdú, que estaba en boca de todos para el palmarés por su papel de pérfida madrastra, sino una emocionada Macarena García, la debutante Blancanieves, que compartió el galardón con otra primeriza, Katie Coseni, por Foxfire: Confessions of a Girl Gang", del francés Laurent Cantet, sobre una novela de Joyce Carol Oates.

La apabullante presencia del cine español en el cuadro de honor se completaba con la consecución de las dos Conchas de Plata restantes: la de mejor director para Fernando Trueba por El artista y la modelo y la de mejor actor, para José Sacristán, que no acudió a recoger el premio por estar rodando en Cáceres una versión de El Quijote.

El ganador de un Oscar por Belle Époque vio reconocido un proyecto muy personal, rodado en francés y en blanco y negro, en el que apela a un cine reposado, con rostros legendarios como Jean Rochefort y Claudia Cardinale y la inestimable ayuda en el guión de Jean Claude Carriére. "A algunos se les olvida que el cine es arte y es cultura", dijo Trueba, también en la defensa de su gremio, para espetar, finalmente, "¡Viva el cine libre!".

Sacristán, por su parte, repetía la gesta que ya consiguió en 1978 con Un hombre llamado Flor de Otoño al convertirse en el mejor actor por El muerto y ser feliz, un "traje a la medida" que le habían hecho, según sus propias palabras, Javier Rebollo y su guionista, Lola Mayo, en una película que también ha recibido el premio de la crítica.

El careo entre cine francés y español en el cuadro de honor ha tenido solo una excepción, el kurdo iraní Bahman Ghobadi, que con Rhino Sesion no consiguió su tercera Concha de Oro pero sí el premio a la mejor fotografía, y también por una mención del jurado para The Attack (El atentado) de Ziad Doueiri, coproducida entre Líbano, Egipto, Francia y Bélgica.

Al margen del jurado oficial, la ganadora del premio de Nuevos Directores fue la chilena Carne de perro, de Fernando Guzzoni, mientras que el premio Horizontes fue para la argentina El último Elvis, de Armando Bo, guionista de Biutiful.

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