Concierto

La ceremonia del cantaor indie

  • Niño de Elche presenta 'Voces del extremo' en las Caballerizas Reales dentro del ciclo Momentos Alhambra

Francisco Contreras, en el centro, ayer en las Caballerizas.

Francisco Contreras, en el centro, ayer en las Caballerizas. / El Día

Lo de Niño de Elche va más allá del flamenco. Esa colisión de géneros que son sus útimos trabajos en estudio se evidencia aún más sobre el escenario, donde la experimentación, la electrónica y un groove que nada tiene que ver con lo jondo orillan el flamenco a pequeños detalles. Así que quien ayer por la tarde asistiera a Caballerizas Reales con ánimo de disfrutar de un recital al uso, se equivocó: Niño de Elche invitó a una comunión musical sin barreras, sin fronteras, sin géneros, sin etiquetas, en la que revisitó su trabajo Voces del extremo, hasta ahora no interpretado en Córdoba.

Abrió con la lisérgica Canción del levantado-Notificaciones, una de las más experimentales de su repertorio, arropado por unos Pony Bravo con los que el entendimiento es total tras decenas de conciertos. El tema es un recitado que avanza arropado, ennegrecido, entre el sonido de una guitarra distorsionada y de los sintetizadores como una advertencia: No adoptes nunca el hombre que te dé la Policía/No acerques tu caricia a la piel del invasor. Diez minutos de experimentación y lamentos, una ceremonia de entrada a un mundo artístico y estético complejo.

A continuación sonaron Estrategias de distracción, Mercados y sus versos proverbiales -Dios regresa a la catedral después de años en los barrios populares- o El comunista, con una letra en la que Santiago Carrillo no aparece muy bien parado -Era tan comunista/que en la Francia de De Gaulle/su figura lucía en coche descapotable- y que Niño de Elche dijo que había sido toda una satisfacción cantar en Córdoba. Informe para Costa Rica, una de las más sobrecogedoras de su repertorio -"habla de cualquier país", dijo- y la más reposada, sonó sin embargo algo deslucida por la acústica del recinto, que se entregó al baile en la fase final del concierto.

Oso polar, cover del grupo argentino Los Mordidos, fue la sorpresa del repertorio, un tema de puro indie pop sin dudas, antes de llegar al final con Que os follen, con letra de José Luis Checa y en la que Niño de Elche derrochó aspavientos, bailes y todas las sonoridades para las que está capacitado. 

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