El montaje de La casa de Bernarda Alba que podrá verse este viernes en el Teatro Góngora (20:30) fue todo un acontecimiento en su día. La singularidad de sus intérpretes está en que son un grupo de mujeres gitanas del poblado chabolista de El Vacie que pusieron en pie junto con la compañía TNT una de las funciones más emotivas que se haya visto en los escenarios españoles.

Bajo la dirección de Pepa Gamboa, el espectáculo está de gira para celebrar los diez años transcurridos desde su estreno, cuando se convirtió en uno de los éxitos de la cartelera teatral.

Considerada una de las obras cumbres de la producción dramática de Federico García Lorca, La casa de Bernarda Alba es quizá el texto más cercano a la tragedia griega dentro del teatro español del siglo XX, pero al mismo tiempo, advierte la compañía, debido a la situación de encierro en que la matriarca mantiene a toda su familia, puede derivar en algo parecido a un delirio.

La directora, responsable también de la dramaturgia, ha apostado por sacar la autenticidad, la espontaneidad, el juego la energía y generosidad de las mujeres que interpretan la obra: ocho mujeres gitanas que, a su modo, también viven “encerradas” en el asentamiento chabolista más antiguo de Europa: El Vacie, en Sevilla. Y no será el suyo, se pregunta Pepa Gamboa “¿un encierro a cielo abierto, a pleno sol, donde la libertad es la casa y el encierro es la calle?”.

“La imposibilidad de retener un texto para personas sin alfabetizar, que solo habían pisado una vez un teatro no ha sido obstáculo para que Lorca esté presente en cada mirada, en cada pisada, en cada acción”, señala TNT.

La propia sobrina del autor, Laura, afirmó en el estreno que se trataba de “la Bernarda más lorquiana” que había presenciado. La compañía, que desde que nació en 1995 inició sus actividades como Centro de Investigación Teatral, unió a este objetivo el de la inclusión social.

Estos son los dos ejes sobre los que gravita un proyecto que despertó una expectación mediática inusitada y cuyo resultado artístico fue alabado por toda la crítica, la profesión teatral y los miles de espectadores que presenciaron la obra.