Monográfico Mozart
Crítica de Música
ORQUESTA DE CÓRDOBA
Segundo concierto de la temporada de abono. Programa: Wolfgang Amadeus Mozart, obertura de 'La flauta mágica', 'Música para un funeral masónico', 'Concierto para trompa n. 3 en mi bemol mayor', 'Sinfonía n. 38 Praga'. Solista: Jesús Miquel Villalba, trompa. Director: Lorenzo Ramos. Fecha: jueves 19 de noviembre. Lugar: Gran Teatro. Lleno.
Un viejo chiste de músicos dice que la trompa es un instrumento divino: un hombre sopla en él y sólo Dios sabe qué sonido saldrá. La maliciosa broma se basa en la realidad evidente de su considerable dificultad de ejecución. Maravilloso en sus posibilidades de color tímbrico, que van muchísimo más allá de la evocación de la trompa de caza de que procede, presenta sin embargo dificultades de articulación y, por qué no reconocerlo, cierta imprevisibilidad en la emisión de algunas notas del registro agudo que, a menudo, pueden poner al oyente en tensión. Como ante un trapecista sin red. Sólo los virtuosos del instrumento logran transmitir la seguridad necesaria para el disfrute de los solos orquestales y, obviamente, de las piezas solistas. Fue el caso de Jesús Miquel Villalba, que logró ofrecernos una más que correcta versión del encantador (y difícil) concierto n. 3 de Mozart. Mostró solidez técnica (muy elogiable su afinación) y buen gusto en el fraseo, echándose sólo de menos, quizás, una mayor utilización de las posibilidades dinámicas del instrumento. Solista, orquesta y director estuvieron a la altura de esta delicia mozartiana. Me encantó el planeamiento musical de la Romanza y eché de menos mayor ligereza en el célebre rondó final.
La primera parte, cuyo broche final fue la obra que acabamos de comentar y la larga ovación con que la premió el público que llenaba el teatro, comenzó con unas emotivas palabras de condena de los asesinatos de París, que Lorenzo Ramos, en nombre de la Orquesta, hizo extensible a todo el terrorismo que ensombrece la paz mundial. Tras la lectura, vino la interpretación de La Marsellesa con toda la orquesta (no, los violonchelos no) puesta en pie. Este preámbulo creo que aumentó la emoción intensa y el significado humanista que presentan las dos obras que siguieron, la obertura de La flauta mágica y Música para un funeral masónico, ambas (en mayor grado la primera) magníficamente interpretadas.
La segunda parte, premiada igualmente con una larga ovación, estuvo dedicada a la Sinfonía n. 38 'Praga'. Su audición me produjo las mismas sensaciones que la primera parte del concierto: un buen nivel general, si bien cierto descuido, por momentos, del elemento rítmico, merma que me pareció restar vitalidad al Presto final.
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