El abogado y escritor Rafael Mir Jordano hace un retrato de la sociedad, la justicia y la abogacía de una ciudad media del sur de España en la segunda mitad del siglo XX en su nueva novela, Arma de doble filo (Novela de togas), que se presenta mañana a las 20:30 en el Colegio de Abogados. Enmarcada en la Colección Prosas y Versos de Juristas de la editorial Reus, se trata de una "obra plural" ya que tiene como protagonistas a varios abogados.
Mir Jordano se ha inspirado en situaciones reales vividas a lo largo de su larga trayectoria para construir esta novela, aunque "naturalmente no transcribo esos hechos tal y como ocurrieron, no son exactamente esos ni las personas son esas, pero es un trasunto de la realidad que yo he vivido muchos años".
Arma de doble filo (Novela de togas) refleja "una realidad conocida y reconocible". "No deja de ser una obra de ficción" en la que aparecen "cosas que he vivido de la abogacía y la justicia" pero los personajes no se corresponden con personas reales salvo uno de ellos "que sí he transcrito literalmente menos su nombre y apodo".
El escritor plasma la sociedad cordobesa tal y como él la ha conocido, sobre todo en las décadas de 1950 a 1970, con el último franquismo y posfranquismo y la llegada paulatina a la abogacía de las nuevas tecnologías. La segunda mitad del siglo XX trajo "una abogacía de papel cebolla, sin fotocopiadoras, haciendo las copias a máquina", recuerda el autor. Unos se han adaptado mejor que otros a estos cambios, como él mismo, que "está muy agradecido a las tecnologías".
Mir Jordano, miembro de la Real Academia de Córdoba, explica que "la abogacía y la justicia están en la sociedad, no son dos polos distintos que se contraponen, una está dentro de la otra y forma parte de ella". En la actualidad "todo el mundo opina de la justicia y hay juicios paralelos en televisión; eso no se daba en la época de la novela", manifiesta.
Por estos motivos, entre otros, el Derecho "ha perdido reconocimiento" ya que "todo el mundo juzga a la justicia y ésta es una cosa muy complicada". El escritor apunta que los procesos son lentos porque hay "que pensar y estudiar mucho y es para especialistas, no para la gente de la calle". Además "la justicia no se puede ni impartir ni legislar por impulsos emotivos".
En Arma de doble filo Rafael Mir muestra la realidad que ha vivido durante muchos años y que ha cambiado mucho en los primeros años del siglo XXI. "La abogacía se ha hecho más colectiva, más impersonal, masiva, y la relación abogado-cliente es totalmente diferente a la que era antiguamente", reconoce.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios