Memoria de González Climent

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Baldomero Pardo presenta el próximo jueves en la librería Luque la novela-ensayo 'El Argentino', en la que reivindica al autor de 'Flamencología'

Baldomero Pardo, con el libro.
Baldomero Pardo, con el libro. / José Martínez
Alfredo Asensi Córdoba

08 de noviembre 2016 - 01:28

Explicar a las nuevas generaciones (y recordárselo a las antiguas) quién fue Anselmo González Climent, el autor de Flamencología y figura fundamental en los orígenes del Concurso Nacional de Arte Flamenco (entonces, de Cante Jondo) de Córdoba, es uno de los objetivos que Baldomero Pardo se planteó con El Argentino. Un flamenco intemporal, la novela-ensayo que el próximo jueves presentará en la librería Luque (20:00), publicada por Ediciones Alféizar. Fue en los años 50 cuando Pardo, crítico de el Día, empezó a manifestar interés por el flamenco. A través de la primera edición del certamen cordobés (1956), celebrado, recuerda el experto, "por iniciativa del poeta Ricardo Molina con el patrocinio del Ayuntamiento y el asesoramiento de González Climent", fueron muchos emergentes aficionados los que tomaron conciencia "de la importancia de un arte musical nacido en Andalucía, nada folclórico como algunos pensaban y muy desprestigiado por connotaciones ajenas a él".

Las aportaciones de González Climent, que había nacido en Buenos Aires en 1927 y falleció en Mar del Plata en 1988, resultaron fundamentales en el proceso de evolución de los estudios y análisis del flamenco. Así lo señala Pardo, que destaca que González Climent "hizo mucho defendiendo a Andalucía, como si hubiera nacido aquí".

En esta obra Pardo propone la historia de un joven argentino que a comienzos del presente siglo viaja a la Córdoba española con objeto de estudiar Veterinaria. Allí, entre amores, estudios y otros extravíos se empieza a aficionar al flamenco y descubre la figura de su compatriota González Climent. La parte ensayística, que se va intercalando en la narración, arranca en los años 50, cuando Ricardo Molina, "que ha ganado el premio Adonáis de poesía y está ya más imbuido en el flamenco, descubre Flamencología y le dice al alcalde de Córdoba, Antonio Cruz Conde, que quiere hacer ese concurso y que cuenta con un puntal que puede atraer a mucha gente de fuera", González Climent, autor también de estudios sobre toros y jazz y con cuya viuda se puso en contacto Pardo en la realización de esta obra. En los años siguientes Molina y González Climent mantuvieron diferencias notables en su apreciación del arte flamenco (y llegan a interrumpir su correspondencia) por la conversión del primero al "gitanismo".

En sus últimos años, indica Pardo, "González Climent lo pasó fatal, cayó enfermo con un cáncer de boca, no podía ir a conferencias, dejó de tener ingresos y lo único que hacía era escribir con su enfermedad encima, que le restaba mucho". A pesar de sus considerables méritos, González Climent "estuvo ninguneado en España", lamenta el especialista.

Que el libro se presente ahora, subraya el crítico, tiene que ver con la celebración de los 60 años del Concurso Nacional, que arranca su 21ª edición el próximo viernes. Pardo espera que sirva de "impulso" para revisar la obra del argentino, que formó parte de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

El autor de El Argentino tenía 12 años cuando se celebró el primer Concurso Nacional. Las ediciones siguientes (1959 y 1962, el de la entrega de la Llave de Oro a Mairena) coincidieron con la vertebración de su afición flamenca: "Yo iba sintiendo mucha curiosidad. Yo era casi un analfabeto integral, porque había salido del colegio a los 12 años, pero muchas de las cosas que se trataban en el flamenco, las cosas que se cantaban, remitían a historias y lugares que me estimularon la avidez de adquirir una cultura que no tenía". Pardo trabajaba de aprendiz cuando oyó "la que Fosforito había liado" en el certamen de 1956 y empezó a interesarse por un arte que estaba lleno de preguntas por responder y de emociones por compartir: "Todo eso me hizo preguntar, leer, escuchar, involucrarme más, hasta que empecé a distinguir los palos, y paralelamente a eso me llega el nombre, a esta Córdoba provinciana, de un argentino que había escrito un libro fundamental". La obra que ahora presenta es el tributo a la memoria de esos años.

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