Mejías afronta el cante con determinación

Francisco Martínez

01 de noviembre 2010 - 05:00

Conferenciante: Agustín Gómez. Cante: Antonio Mejías. Guitarra: Gabriel Expósito. Lugar: Peña Flamenca de Córdoba. Fecha: Sábado 30 de octubre. Aforo: Lleno.

Agustín Gómez clausuró el pasado sábado el ciclo de conferencias y recitales de la Peña Flamenca de Córdoba exponiendo sus reflexiones sobre El Romancero Gitano en Granada y Utrera, sin dejar de ofrecer una cabal definición artística de los homenajeados en el ciclo: Fernanda y Bernarda de Utrera y el tocaor Juan Maya Marote. La permanencia en el tiempo y a través de la transmisión oral de romances que datan del siglo XV, asumidos y divulgados por gitanos andaluces fue el punto de partida de la disertación, centrándose en las gitanerías de Granada, Utrera y Lebrija, con La Perrata y El Lebrijano como principales referencias. Gómez detalló como el romance de Ammón y Thamar que García Lorca incluyó en su El Romancero gitano y con origen sefardí tiene procedencia bíblica: libro segundo de Samuel (XIII, I-34).

Le correspondió al cantaor montillano Antonio Mejías cerrar estas jornadas ofreciendo un recital que no defraudó a nadie por la modélica entrega artística de la que hizo gala. No obstante, su único obstáculo fue su propia voz, con la que tuvo que mantener un firme pulso hasta poder domeñarla. No llegó en plenitud de facultades sino con la voz rozada y peligrosamente al borde de la rotura total; pero el cantaor se sobrepuso y encaró los cantes con determinación, resolviendo sin flaquear el desafío flamenco. Unos cantes con más acierto que otros, pero en todos hubo una férrea voluntad por mostrarse cantaor que va a por todas, y así fue. Lo acompañó a la guitarra Gabriel Expósito, toda una garantía de buen toque y exquisita musicalidad flamenca. Fuerza y sensiblidad, limpieza técnica y originalidad en un acompañamiento de lujo. A Expósito no se le escapó ni el más mínimo detalle melódico del cante, siempre amplificándolo con atractivas armonías.

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