Martínez Reverte recrea la huelga de mineros del año 1962
'La furia y el silencio' recupera la memoria de dos meses que cambiaron la conciencia del país
Sin armas ni palabras, sólo con gestos, en un país en el que la palabra obrero no existía y menos aún la de huelga, siete mineros asturianos comenzaron hace 46 años un paro al que acabaron sumándose 40.000 trabajadores. Una demostración de solidaridad insólita tras la que España nunca volvió a ser la misma. Jorge Martínez Reverte ha recuperado en La furia y el silencio (Espasa) la memoria de aquellos dos meses de 1962 que cambiaron la conciencia de un país humillado, "porque de una protesta contra unas condiciones laborales brutales nació la lucha por la libertad, la lucha contra Franco", explica.
Después de 5.000 inspiraciones de polvo de carbón extraído a más de 300 metros de profundidad durante seis horas cargando un martillo de cinco kilos, y de dos horas de marcha para llegar y otras dos para volver a casa, todo lo que recibían los mineros eran 85 pesetas al día, cuando un kilo de carne costaba casi 100.
Así las cosas, en abril de 1962 siete productores de la mina Nicolasa decidieron, sin intercambiar otra cosa que miradas, no bajar al pozo. A partir de ahí comienza un rosario de detenciones y despidos que sólo terminará el 10 de junio, con el sueldo duplicado y su readmisión, aunque más de 100 de ellos no podrán recuperar su puesto y eso dará lugar a otra huelga.
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