Manuel Escribano ha cortado dos orejas, una de cada toro, en la primera corrida de la Feria de Nuestra Señora de las Mercedes Pozoblanco tras lidiar un complicado encierro de Victorino Martín en una tarde en que Rafaelillo y Alberto Lamelas se han llevado un apéndice cada uno.

Rafaelillo anduvo con oficio ante un primero de su lote de corto recorrido, al que basó la faena en el toreo al natural. Labor cargada de voluntad y convicción en la que erró con el acero. En el cuarto, al que cortó una oreja, dejó una faena de muleta argumentada nuevamente en la entrega ante un animal complicado.

Escribano cortó un apéndice a cada uno de sus enemigos con sendas faenas cargadas de disposición y voluntad. Al que fue segundo, lo lanceó con autoridad sin llegar a cuajar. Banderilleó de manera poderosa, ajustando más en el último, al quiebro y al violín. Con la tela se basó en la izquierda en una faena sólida en la que tuvo que aguantar la actitud defensiva del astado.

Rafaelillo en la plaza pozoalbense.

En el quinto, de nuevo sobrio en el segundo tercio, con dos pares de poder a poder, destacó sobre la diestra, mostrándose muy firme y sólido. El matador, que anduvo por encima del enemigo, pudo bajar la mano tras someter de manera intermitente. Paseó otro apéndice.

Lamelas, muy sincero durante toda la tarde, dejó dos largas cambiadas al tercero. Tras brindar al respetable, se afanó para dejar el engaño en la cara y en la distancia corta, obteniendo poco rédito. La exigencia de la res no concedió sobre la izquierda, por lo que el diestro asumió la derecha, mano con la que acabó citando en corto de manera valiente. En el último, sin opciones de capa, dejó una faena configurada desde la entrega, mostrándose firme y entregado.