Madonna se muestra como un "animal enjaulado" en su nuevo disco

La veterana artista publica hoy 'MDNA', un trabajo marcado por la intensidad

Cuatro años ha tardado Madonna en tratar de enmendar el irregular Hard Candy (2008) y publicar un nuevo disco de estudio, MDNA, un lapso quizás excesivo para una industria que, apremiada por internet, se ha dado prisa en madurar las alternativas pujantes de Britney Spears, Lady Gaga y Rihanna. Madonna ha comparado la intensidad de este disco con la de un "animal enjaulado", en alusión a su violencia contenida, siempre a punto de explotar.

Su duodécimo álbum, que se lanza hoy en todo el mundo, tratará de dilucidar si, en ese nuevo panorama, 30 años de carrera y 200 millones de discos constituyen pilares suficientemente sólidos como para sustentar su reinado, después de siete años sin un gran hito discográfico, los transcurridos desde Confessions on a Dance Floor (2005).

Mirando en esa dirección, Madonna parece haber querido recompensar la paciencia de sus seguidores con un disco esencialmente bailable, que pasa de las estrictas bases de house y tecno del principio a una zona central más frívola, y que, ya al final, también deja espacio para la delicadeza.

Esa división estilística coincide, a grandes rasgos, con el sello de los tres productores más destacados que confluyen en MDNA: Benny Bennasi, Martin Solveig y, cómo no, William Orbit, junto al que facturó el aplaudido Ray of Light (1998).

Bennasi es el principal responsable de las inyecciones de adrenalina. Suyo es el primer tema del disco y, a la sazón, segundo sencillo, el discotequero Girl Gone Wild, cuyo videoclip fue presentado la pasada semana, ensalzando el pasado glorioso de Vogue y Erotica.

El italiano también es el encargado del tercer corte, I'm Addicted, que juega al equívoco con el mundo de las drogas, igual que el disco mismo, pues MDNA se parece mucho al nombre que recibe en inglés la droga de diseño conocida como éxtasis, MDMA.

Con humor y psicodelia llega la aceptación del pecado en I'm a Sinner, con un estilo que recuerda ligeramente al Beautiful Strager que grabó para la BSO de la segunda parte de Austin Powers.

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